El pueblo de Pinto quiere toros
Al final va a llevar razón don Alarico, para que luego no se me enfade. El pueblo quiere toros, quiere encierros, quiere becerros...
Aquí en Leganés hemos criticado, algunos, la apuesta por la promoción de éste mal llamado espectáculo y resulta que estamos equivocados los que tanto criticamos. El pueblo quiere toros. No nos enteramos los que no nos gusta la "fiesta nacional". El pueblo pide toros en las fiestas y don Alarico Rubio, (IU) concejal de Festejos de Leganés lo sabe.
Si no, fíjense lo que ocurrió anoche en Pinto, en el pregón que abría las fiestas. Fue boicoteado por un grupo de jóvenes que no está de acuerdo con el recorte presupuestario de 330.000 euros en su fiestas. Un recorte que les deja sin encierros, sin becerradas, sin toros. En el Ayuntamiento dicen que hay que apretarse el cinturón...
El pueblo responde con gritos, silbidos, abucheos y hasta lanzamientos de huevos durante el pregón. El pueblo le prepara un motín.
El alcalde, el socialista Juan José Martín, dice que hay que reducir los gastos. ¡Bravo!, nunca mejor dicho, por el alcalde.
Que poco entendemos al pueblo. Que poco le comprendemos. Aquí criticamos por gastar en toros y en Pinto se enfadan porque no gastan en toros.
Por cierto, el boicot era un secreto a voces. Lo sabía desde hacía un par de días y ayer, Telemadrid, en un nuevo gesto de imparcialidad, calentó al mediodía la situación. (Vídeo con todo lo ocurrido).
Desde aquí, mi apoyo a la decisión del Alcalde. Una pregunta sin maldad: ¿que dice de todo esto el PP de Pinto? Hay que ser valiente, no como otros.
Edito: El mensaje del primer anónimo me ha dado una idea: ¿toros sí o toros no en Leganés? Encuesta a la vista.
Preguntaba qué opinaba el PP de Pinto de todo lo ocurrido. Pues ya tenemos respuesta. La que fuese alcaldesa, Miriam Rabaneda ha dicho lo siguiente. Saquen sus conclusiones.
Todo esto ha ocurrido por la eliminación de los encierros. Se había aprobado en una junta de gobierno que al menos iba a haber un encierro y una corrida. Hasta hace quince días todos pensábamos que iba a a ser así, pero hubo un cambio de decisión en el último momento. Todos se han sentido engañados y esta situación refleja el malestar de Pinto. Han jugado con las ilusiones de la gente y todos han acordado boicotear el pregón para pasarle factura.
9 comentarios:
Neptuno, sabes perfectamente que en Leganés la cuestión no es toros sí o toros no, sino el gatuperio montado en torno a La Cubierta.
LA TERCERA DE FIESTAS
Ya les contábamos todo lo relacionado con la Fiesta de Ecuador, pero todo no queda ahí:
Resulta que la Concejalía de TOROS adjudica a un propio la realización de la Fiesta, el señor en cuestión subarrienda los chiringuitos y se saca una pasta utilizando el tema de Ecuador.
El “beneficiado” del asunto además de pavonearse de un buen “Carro” tiene un buen “chiringuito” en el Recinto Ferial. ¡Todo solidaridad e integración multicultural!
¿Por qué el concejal de TOROS permite esta situación?
¿Por qué si el concejal de TOROS conoce la situación la consiente?
Por mí, toros no, pero sé que enseguida salen los taurinos hablando de las ingentes cantidades que se mueven alrededor del mundo del toro, la gente que vive de eso, la tradición, aspectos artísticos, la conservación de la raza del toro de lidia que de otro modo se extinguiría, la conservación de las dehesas, etc. etc. Es un debate como el de la caza, en cuya defensa se esgrimen parecidas razones.
En Leganés, con una plaza de toros prácticamente recién construída, plantear la supresión de los toros sería una batalla perdida de antemano.
No lo había pensado, pero al hilo de este comentario, creo que la solución del embrollo que existe con la empresa concesionaria de La Cubierta se podría plantear dentro del marco de una campaña antitaurina. Puede que sea la única salida (reconozco que utópica), para que entre los políticos y la empresa no terminen por arruinar al Ayuntamiento, porque cada año que pasa le sirve para liar el asunto un poco más. Tanto las soluciones de otros años como la de éste (la subvención de las entradas) no son más que huidas hacia adelante, pero el problema que creó Ráez con la plaza de toros para que hicieran negocio los altos cargos de los últimos gobiernos felipistas, es de campeonato. Como cuando se construyó La Cubierta sólo se trataba de dar facilidades a los jerifaltes socialistas (el dinero de Interior), el Alcalde firmó a ciegas un contrato absolutamente perjudicial para el Ayuntamiento, y de aquellos polvos vienen estos lodos.
Señor Neptuno:
Plantea una interesante encuesta, que yo creo que más bien es un pulso de escaso valor predictivo positivo o negativo. Eso no le quita ni un ápice de oportunidad e ingenio, pero quiero que sepa que cualquier cosa no puede ser llamado "encuesta" al menos a los que tratamos de mantener un cierto rigor científico en el lenguaje.
Si quiere un motivo le diré que el universo de encuestados es muy sesgado, que no existe una limitación clara espaciotemporal para la selección de la muestra y que su propia posición como anfitrión-encuestador ya está expresada, lo que supone una irregularidad formal grave.
Dicho esto, acepto su pregunta y me dispongo a defender mi posición contraria a celebraciones cruentas, trátese de toros o de cabras que se despeñan desde un campanario, peleas de perros, de gallos o cualquier otra modalidad de ejercicio de la crueldad.
Pero hablemos de toros, ya que sobre los toros y la denominada "fiesta nacional" versa su pregunta, su tanteo entre los lectores de su "blog".
No tema, seré muy breve.
Mi rechazo a la crueldad en este caso no es en este caso por compasión hacia los animales. Para mí es repugnante que los toreros se jueguen la vida mientras otros pagan por verlo. No es el mismo caso que los que se juegan la vida en deportes de riesgo, donde un sujeto se enfrenta y se mide en privado con el entorno natural y donde no media el dinero ni nadie paga entrada por ver cómo se despeña, precipita o sepulta por un alud.
Las corridas de los pueblos perdidos, casi sin presupuesto y con escasas figuras de lo taurino son el inmenso océano y los festejos ricos y con renombre son la minoría. Esa realidad siempre me ha torturado, porque las condiciones en las que muchos jóvenes aspirantes y toreros sin fortuna se enfrentan al animal son medievales. En esos casos no se puede hablar de una plena libertad para elegir de los protagonistas humanos de la barbarie. Tampoco es libre el toro, aunque alguno podría decir que siempre puede sentarse en el suelo y no ceder a las provocaciones de la muleta.
No es que jugarse la vida tenga justificación alguna vez, pero poner un tendido eléctrico, anclar una plataforma en medio del mar o ganarse la vida en una mina son nobles acciones, necesarias acciones, imprescindibles acciones. Les aseguro que sacar el cuerpo de un adolescente, atravesado por un asta asesina entre chorros de sangre arterial, ver como en un soplo se le va la vida, no tiene ni pizca de nobleza sino de iniquidad. Y haber pagado por verlo me parece el más retorcido sadismo.
Para los que piensan en todos los que viven del toro y la fiesta, sólo decirles que también vivían familias de construir guillotinas, accionarlas y trasladar cuerpos decapitados. Por suerte nadie reivindicó su derecho a seguir medrando cuando se decretó el fin de esta práctica, por cierto también espectáculo.
En definitiva: no a los toros porque son el vestigio de una sociedad que no debía existir ya, donde se consiente la crueldad con el fin de divertir, previo pago, al populacho.
Estimado anónimo,
ya sé que las encuestas que pongo en mi "blog", que es el suyo, por cierto, no tienen ningún valor científico. Tampoco lo pretendo, ni mucho menos.
Es simple sondeo. Saciar mi, nuestra, curiosidad.
Por cierto, firmo debajo de todo lo que ha escrito. Estoy totalmente de acuerdo con su postura. Quizás mi limitación en tiempo, espacio e incapacidad para decir tanto en tan poco, me obliga a decir, que pienso como usted.
Un saludo DESDE y POR la izquierda.
Gracias, Neptuno.
Sobre el papel suena a música celestial la reducción del gasto en toros y festejos de Pinto (la crisis manda). Nada que objetar si estas medidas no convivieran de forma escandalosa con gastos suntuarios en otros temas (incluyendo chóferes para concejales), el aumento de cargos de confianza (elegidos por enchufe) y el sueldo de alcalde (uno de los más altos de España para un municipio mediano). No es un problema de pan y circo sino de decencia política frente a caciquismo. Y esto no se puede justificar desde la izquierda (que las siglas no te confundan)
El telón de fondo de la polémica sobre los toros tanto en Pinto como en Leganés no es en contra o a favor de que haya corridas y encierros en general, sino contra el derroche e ineptitud de los gobernantes en ambos municipios.
En Pinto, el gobierno que salió de la moción de censura tiene que mantenerse a base de ampliar cargos de confianza y repartir prebendas a un tropel de gente, poniéndole chófer a los concejales para duplicar los empleos, con lo que han arruinado al Ayuntamiento y han tenido que suprimir los festejos taurinos.
En Leganés, no se han atrevido a suprimir los encierros y han decidido aplazar la solución del conflicto con la empresa concesionaria de La Cubierta, para que la gente no se le eche encima. Pero la solución de este problema no se puede retrasar indefinidamente y ya veremos lo que nos cuesta al final salir de embrollo que hay organizado con La Cubierta. Aparentemente, el Ayuntamiento no está arruinado porque no se le hace frente a los problemas, pero cuando haya que pagar a la empresa concesionaria por rescindir el contrato y los altos ingresos por el urbanismo se hayan agotado, será la bancarrota total.
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