Un martes cualquiera en Leganés
Con medio ayuntamiento de vacaciones y el otro medio, de medio vacaciones, permítanme que les hable de mi. Y dirán ¿pero qué tiene éste que contarnos sobre él? Muy sencillo, les quito poco tiempo.
Como ya he dicho un millón de veces, uno sólo se debe a su conciencia y a los anclajes, que a la fuerza, le asen, por cierto cada vez más y de forma más cuantiosa, a la Caixa (por eso de la hipoteca y esas cosas). Además de esto, uno debe rendir cuentas ante su lectores, éstos son los que le soportan y los que comparten este pequeño espacio de reflexión.
En lo demás, uno es libre para divagar sobre lo que considere oportuno. Así lo vengo haciendo desde ya hace más de año y medio y como tal me he granjeado simpatías y también, por supuesto, bastantes antipatías. Ha sido un viaje placentero de ningún sitio y a todas partes, pero a veces, ese viaje tiene principio y también final. Yo les voy a dar la oportunidad de que ustedes me marquen el punto de llegada. ¿De qué forma? Muy sencilla. Cada temporada, al inicio, pongamos el mes de septiembre, me someteré al veredicto-juicio de ustedes y en el momento que lo consideren me bajo del tren. Es una especie de ruleta rusa, donde ustedes, los verdaderos gestores este rincón, me marcan el final.
¿Por qué hago esto?
Muy sencillo, a uno le da esto mucho, pero le quita más. Le da el placer por escribir, por opinar, pero le roba el tiempo, que hoy en día es sagrado. En lo específico de Leganés, reflexiona y/o divaga como un vecino más, con sus pocas virtudes y sus muchos defectos, con sus aciertos y con sus errores.
Cuando uno gusta de criticar, debe aceptar ser criticado, cuando a uno le gusta fiscalizar la labor de nuestros representantes, a los que, por cierto, aunque a veces se olviden, pagamos, uno debe aceptar que le juzguen en igualdad de condiciones. Como tal, someto mi gestión a su juicio. Para que algunos dejen de ver no sé que oscuros intereses y conspiraciones extrañas. Ustedes tienen la decisión en su mano. Voten en la encuesta y aprovechen los comentarios para explayarse con críticas, con petición de mejoras y todas esos propósitos de enmiendas que todos hacemos a primeros de año o a primeros de septiembre cuando se inicia una larga temporada. Vamos con la pregunta:
¿Debe seguir Neptuno28 divagando sobre lo divino y lo humano o, por el contrario debe diluirse allá en el fondo del mar?
- Sí, debe seguir atizando esta lumbre.
- No, debe dejar de navegar por estos lares, para reinar en la profundidad de los mares.
Votación abierta hasta
el martes, como no,
23 de septiembre. Ese día, si gana el
NO, pasaré a mejor vida. Pero si, por el contrario, gana el
SÍ, deberán seguir aguantándome una temporada más. Ustedes tienen la última palabra.
Si los políticos se someten cada
4 años, yo lo haré año tras año, mientras ustedes quieran. Y hablando de políticos, no puedo dejar de pasar por alto, el análisis de las fiestas que nos han hecho desde la oposición, los dos líderes. Ambos tienen muchas cosas en común, además de estar en la oposición, a los dos les gusta escribir (coincidencia conmigo) y los dos escriben en
La Plaza, revista calificada por los dos como
panfleto. Curioso, pero en este caso debo quedarme con la expericiencia y opinión del
sr. Gómez,
don Jesús, él sabe de lo que habla, no en vano fue durante mucho tiempo
Coordinador de opinión de la revista
Libertad Digital y, por tanto, es un especialista en esta materia. Veremos si algún día tienen la competencia para decidir qué hacer con la revista y si hacen lo que tanto dicen. Pero a lo que iba, el análisis de las fiestas. Hemos tenido la
reflexiva crítica de
Carlos Delgado,
respetable y respetuosa, elaborada con conocimiento de causa y, como se suele decir, con la ventaja de haber sido
cocinero antes que fraile. Criticando, ya que hablamos de cocineros, con fundamento e incluso alabando lo positivo.
En el lado opuesto, tenemos
la valoración del sr.
Gómez, don
Jesús, igual de respetable, faltaría más, pero
irrespetuosa. Una crítica
insulsa, con desconocimiento de
causa y mezclando todo, sin saber diferenciar un acto privado de uno público, algo organizado por el ayuntamiento al que pertenece, de actos lúdicos-festivos de las peñas. Una crítica política para cumplir el expediente. Dicen algunos que me paso cuando le critico porque confunda, lo que para él es un campeonato de chupitos, con las connotaciones peyorativas que conlleva al decirlo, con una prueba imaginativa. Pero es que es verdad. Claro que no puedo esperar mucho de alguien que hasta hace poco
le costaba ubicar a
Leganés en
el mapa o a alguien que critica unas fiestas que la mitad ha pasado enfermo, la otra mitad ni ha aparecido y cuando lo ha hecho ha sido de modo pasajero. Luego dicen que la tengo tomada con él, pero es que cuando uno está en varias sitios a la vez, buscando las medallitas en uno y disimulando en el otro, no pueden ir bien las cosas. Ya que vamos con refranes, el que
mucho abarca ya se sabe que aprieta poco y eso sí, trabajar trabaja y mucho, pero a veces, no por mucho
madrugar amanece más temprano. Creo que me van a entender si no sigo. En este caso, quiere ser
maître sin saber cómo es el restaurante.
Ya saben ¡a votar! y por cierto
, sres. Gómez, don Jesús y
don Rafael (el orden de los factores no altera el producto) sólo vale votar una vez.