Lo que usted no vio del mitin del PP

Dos cosas siguen dándome vueltas a la cabeza. ¿Cómo es posible que ELLA pudiese bajar la escalinata de anfiteatro Egaleo con esos tacones y sin pisarse su largo pantalón cremoso? ¿Cómo es posible que una pegatina le dé tanta guerra al sr. Gómez, don Jesús?

La pegatina se convirtió en un suplicio en el traje del sr. Gómez, don Jesús. Cuando estaba, estaba torcida y cuando no, se agitaba al viento como intentado librarse y en una lucha encarnizada por desprenderse definitivamente. Quizá sea algo subliminal, para que los más atrevidos acabásemos leyendo su leyenda "No más IVA". Cuando hablaba ÉL y arreciaba la lluvia, la pegatina del sr. Gómez, don Jesús, no soportó la rigidez de su traje. ÉL sin corbata, el sr. Gómez, don Jesús, con ella, azulada, más oscura que la camisa también azul. Todo muy corporativo y poco improvisado.

Pero, como diría, el otro, comenzemos por el principio. Algo tiene, sí, porque si no, no me explico cómo es capaz de bajar los escalones, sorteando seguidores entregados y hacerlo con esos taconcitos, con ese fino pantalón que casi se pisaba, pero con esos pasos firmes. Todo ello combinado con una sonrisa inagotable. Un cuarto de hora para medio centenar de escalones. Lo tuvo más fácil el sr. Gómez, don Jesús, con sus zapatones. Y ÉL, sospechosamente ensombrecido, ni corbata, ni zapatones, ni, por supuesto, tacones. Pero ELLA pudo con ELLOS, claro que también es la única que es y ELLOS son aspirantes.

En el escenario, jóvenes de Nuevas Generaciones de Leganés, gente foráneas pero con peso en el PP y no podía faltar la guardia pretoriana del sr. Gómez, don Jesús, peleándose por los centímetros de un metro cuadrado. Los de siempre, entre ellos, el de siempre.

Llegó el momento estelar, a nivel local. Las palabras del sr. Gómez, don Jesús. Firme, contundente, como si hubiese estado toda la noche ensayando una y otra vez su momento. Y si fuese poco, el público entregado y cortándole con gritos de ánimo: "alcalde, alcalde...". Fue la única vez que se vio el sol en el cielo leganense, cada vez menos azul. Ya entonces su pegatina comenzaba a incordiarle.

Abajo, con más espacio, el sector crítico al sr. Gómez, don Jesús, rodeando a la anterior portavoz y alcaldesa, la breve Guadalupe Bragado. Ésta gozó de su momento de gloria, cuando ELLA y ÉL le hicieron un guiño. Arropada por las jóvenes Beatriz y Raquel, su fiel Eva... y la otrora rival, Pilar Almonacid. Todas prefirieron quedarse abajo que buscarse su centímetro de gloria en el escenario.

Como ya les conté, a ÉL, le tocó la lluvia. Y aunque el auditorio parecía no inmutarse, Rajoy decidió ser breve, muy breve. Comenzaron los saludos, besos y demás, con el sr. Gómez, don Jesús, saliendo al ruedo, con su pegatina pegándose de nuevo con el traje (no se pierdan el vídeo). Y hubo fotos, muchas, incluidas las que hizo el fotógrafo del alcalde, me refiero al actual. No paro de darle al botoncito como queriendo retratar cada segundo de gloria popular.

Algunos de los presentes, los anfitriones, respiraban después de haber superado su prueba. Todo pasado ya por agua. Y que no me digan que en este caso no les avisé.