ROM, ROM, ROM, el reglamento del ROM

No se preocupen ni les voy a hablar de piratas, tan de moda últimamente, ni me hagan comparaciones odiosas los malpensados, ni les voy a pedir que sean aplicados y se estudien los 227 artículos del ROM de Leganés (más que la Constitución Española), ni mucho menos, se lo dejo para las mentes inquietas que quieran empaparse.

Les voy a contar lo aplicados que son nuestros representantes públicos. Mientras nosotros discutiamos de apellidos, ellos, ayer, se empaparon de ROM (de nuevo para los malpensados, el Reglamento Orgánico Municipal). Debió ser apasionante, ahora le daré algunos detalles, fue en el Hotel Solimpar, vamos en “la Solimpar" de toda la vida. ¡Qué recuerdos! Allí vio la luz mi adolescencia, allí fue donde empecé a recibir mis primeras y numerosas calabazas, recuerdo aquellas largas jornadas al sol y aquellas, más largas noches aún de los calurosos veranos, dando vueltas en la cama después de achicharrarnos la espalda.

¡Qué recuerdos! Pues allí, nuestros representantes fueron convocados. Debo decirles que ganan mucho en las distancias cortas, lejos de la solemnidad del salón de Plenos. Y eso que fue lo más parecido a un pleno, con mucha menos tensión y mucha más diversión. Ponentes, a la par que docentes: Pedro (PSOE), Eduardo (PP), Marisa (IU) y Ricardo (ULEG). (Obvio los apellidos porque ya hemos tenido bastante). Todos estuvieron muy bien, pero el mejor sin duda mi ojito derecho. Quién si no. Nadie combina mejor el áspero e intragable ROM añejo con los mejores chascarrillos de la zona sur. Nadie hace más digerible el ácido sabor de un tocho que se asimila mejor con algo de pimienta.

Estuvieron casi todos y todos muy aplicados. Y hasta el de siempre estuvo más acertado que de costumbre. Sólo metió la pata una vez. Faltaron las de casi siempre, digo en femenino, porque faltaron las concejalas díscolas de cada formación, sólo nombres: Laura, Eva y Raquel. También Julia y en el sector masculino, faltó, Mario.

Hubo sonrisas y caras de felicidad del Alcalde, con algún que otro chiste que ni por asomo hizo sombra a los de mi ojito derecho. Hubo refrescos y picoteo en el recreo de los colegiales, con mesa más propia de un enlace matrimonial que de un enlace consistorial. Pero bueno, ya saben que me gustan mucho las bodas, las de otros. ¡qué se besen! queda bien ahora. Sin duda, el Pleno más aplicado y bonito. Lo que el ROM no consiga.