12 de diciembre de 2008

Alergia a la hache

H: Novena letra del abecedario español, y octava del orden latino internacional. Su nombre es hache. En la lengua general no representa sonido alguno. Suele aspirarse en la dicción de algunas zonas españolas y americanas y en determinadas voces de origen extranjero.

Todos nos equivamos, no tengo que decirles que yo el primero. Todos. Y todos sabemos de la animadversión que tiene el Alcalde, Gómez Montoya, a las haches. No es la primera ni la última vez que se le traspapela alguna. ¿Recuerdan su "alagar" sin hache"?

Hoy en su web personal podemos leer:

Los resultados de la evaluación que la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid a efectuado en los centros escolares de la región demuestran el más absoluto fracaso de esta administración del PP en la gestión de la educación pública, y en especial en los centros públicos que son los que gestiona directamente la Consejería y son responsabilidad directa de la consejera y de la presidenta de la Comunidad.


Podría ser un simple error y es posible. Pero claro, ese error cobra más relevancia si en el titular del artículo se pide la dimisión o el cese de la consejera de Educación, Lucía Figar, por los pésimos resultados en la evaluación que se ha hecho en los colegios públicos.

Dice el titular "La Consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar, debe dimitir inmediatamente o ser cesada por Esperanza Aguirre" y dice el texto cosas como éstas:


Los resultados demuestran el abandono y el desprecio del gobierno de Esperanza Aguirre hacia los servicios públicos...

La educación madrileña necesita un paquete de medidas urgentes y con dotación económica suficiente para mejorar de inmediato las condiciones de este servicio básico para la ciudadanía...


Después de leer el artículo, debe dimitir la consejera de Educación y debe dimitir alguien más mucho, pero mucho más cerca. Es el claro ejemplo de que la educación está no mal, fatal. Si en un artículo en el que se crítica como está la educación, cometemos ese error, esa errata, esa equivocación, el crítico pasa a criticado. Si precisamente tendría que dar ejemplo, lo que da es ejemplo de lo mal que está la educación. Por favor, espero que no tarden en cambiarlo. Es una aberración ¿sin hache?

33 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira, Neptuno. En este post se te ve el plumero por partida doble. Te explico:
1.- Criticas al alcalde de Leganés por comerse una hache, por una falta de ortografía, cuando tú todavía no has pedido perdón por mentir con el tema de Lola Montoro, a la cual, que sepa la audiencia, aún no has pedido disculpas por el daño personal que pudiste hacerle por culpa de tu "equivocación" para tí, "mentira" para muchos de nosotros.
2.- Te escudas en una falta de ortografía ajena para poder volver a atacar al PP de la Comunidad de Madrid. Porque como has perdido toda la credibilidad tras tu mentira con Lola Montoro, te escondes en el alcalde, sus erratas y su blog, para volver a cumplir tu papel de cargo de confianza del PSOE.
Qué lástima, chaval, para lo que has quedado...

Anónimo dijo...

Los esbirros del alcalde que le escriben estas cosas son analfabetos. Desde luego no les puede ir mejor. En la política cobran un sueldo que no ganarían como reponedores del Caprabo.

Anónimo dijo...

Neptuno, tu opinión sobre las faltas de ortografía del alcalde tiene el mismo valor que aquel otro post tuyo que empezaba así, a ver si te acuerdas de él:

Hoy les traigo una exclusiva. Van a saber los primeros en qué consiste lo que ya les adelanté, el famoso enroque de dama. Por fin van a mover ficha en el tablero de cuadros popular. La concejala Montoro, María Dolores, es una de los 4 concejales liberados que tiene el Grupo Municipal Popular de Leganés. Pues bien, Lola, como es conocida por la mayoría, toma el camino de vuelta y regresa a su puesto de trabajo como doctora y directora del equipo de Especialistas de Atención Primaria en el Centro de Salud de Leganés Norte. La concejala estaba en excedencia y ha decidido volver a su consulta por Navidad.

Deberías poner un reloj al lado del de Esperanza Aguirre para que sepamos todos cuanto tiempo tardas en pedir disculpas a Lola Montoro por meterla en un lío con tus mentiras. Ya que embustero eres un rato, sé un caballero y pide disculpas.

Anónimo dijo...

Neptu no se si son 2 o 1, pero estos ten dan más la matraca que tu al Jesusito Gómez.

El último anónimo debe ser de los que suspenden en lectura, porque yo sí te he leído el perdón a la concejala pepera. (No digo nada de su físico que luego me lo borras, capullito).

Desde mi ventana dijo...

Como veo que a este blog,acude la " Flor y Nata" de Leganés pues aqui os dejo una joyita.


¿Por qué no hay un pediatra fijo
en el barrio? (DE LA fORTUNA )
– ¿Sabéis lo que pasa? Hay una escasez
apabullante de médicos y concretamente
de pediatras. Luego también, pues
hombre, nos hemos vuelto todos un poco
“tiquis miquis”, porque parece que a
los niños menores de 14 años no los puede
ver nadie más que un pediatra. Si es
una enfermedad complicada o un tratamiento
complejo, pues sí, pero para la revisión
rutinaria de que si el niño está
bien, si ha crecido lo que tiene que crecer,
etc., bastaría con un médico de familia.
con cierta experiencia, nada más.
Pues bueno, nos hemos empeñado en que
tienen que ser pediatras.

Diego Alhambra
y Jesús Gómez,
miembros del Grupo
Municipal Popular
de Leganés.

Les dejo aqui el enlace, por si lo quieren leer.
http://www.educa.madrid.org/web/ies.lafortuna.leganes/fortuna_archivos/ENTERATE.pdf

Por cierto, muchos saludos de una
Tiquis-Miquis.

Anónimo dijo...

Sí, debí suspender mucho en lectura, así que, si eres tan amable, ¿me dices dónde están esas disculpas? Porque entonces el que pide disculpas inmediatamente a Neptuno soy yo.

Anónimo dijo...

Qué, para que hay especialidad de pediatria, si no fuera necesario no habria una carrera especializada, o que.
Seguro que el menda este, no tiene hijos

Anónimo dijo...

Ante el ejemplo de Montoya y su equipo del escaso dominio de la escritura, los chicos dirán que para qué hace falta saber poner las haches en su sitio, si con afiliarse al PSOE y yendo a las manifestaciones del 1º de Mayo donde te vean los jefes (como le aconsejaba a Montoya su padre), se puede llegar a lo más alto sin saber leer ni escribir.

Anónimo dijo...

En primer lugar voy a darles un disgusto a Triquis Miquis y sus seguidoras: las revisiones de salud de los niños las hacen básicamente enfermeras. Esa es la verdad y además es lo que debe ser. Un pediatra es un médico especialista y su labor se centra en el niño enfermo especialmente. El niño sano necesita muy poco a su pediatra, lo mismo que el ciudadano honrado visita y necesita muy poco ir ante el juez. Para los que estén a punto de desmayarse, observen que "muy poco" no significa "nada". Significa exactamente "muy poco".

Pues para Doña Triquis Miquis y sus seguidores, otra mala noticia más: la mayoría de lo que ellos creen pediatras son médicos de familia que se dedican a ver niños. Pediatras hay poquísimos, gracias a la absurda política restrictiva de creación de plazas MIR hace 15 o 16 años. Echen cuentas, verán quién creó el problema.

Los médicos de familia nos llamamos "de familia" porque somos exactamente "médicos de familia". O sea, "de familia". No nos llamamos "de familia" en honor a Emilio Aragón o como un capricho grotesco. Nos llamamos "de familia" porque somos el primer eslabón de la sanidad para cualquier problema que se presente en la salud de la familia (=niños, mujeres, hombres, ancianos). El criterio para derivar a un especialista se deja en nuestras manos.

Así que señora de Miquis, Doña Triquis, sepa que lo que usted ha ido creyendo que eran pediatras eran con una probabilidad de un 78% compañeros médicos de familia con dedicación a la pediatría pero no pediatras. Exactamente igual que los encargados de visitar a sus señores abuelos no eran geriatras sino con un 99,8% de probabilidad, médicos de familia con dedicación parcial a la geriatría.

Y le diré más, eso es así en todo el mundo, por mucho que ande usted en estos momentos medio desmayada y a punto de denunciar al consejero de sanidad, a Doña Ana Pastor o a Richard Nixon. Para el caso es lo mismo.


Y sí, señora mía, los padres son en Leganés curiosamente frecuentadores y llevan a sus hijos a la consulta de pediatría, que lleva un médico de familia con un 78% de probabilidad, 12 veces más que en otras comunidades autónomas, 17 veces más que en la Europa comunitaria y 10 veces más que en otras zonas de Madrid. Y no me ande con zarandajas que le hablo de tasas de frecuentaión, no tiene que ver con el número de niños sino con el número de veces en media que los padres traen a los niños a su médico. TASA, no sé si me entiende, es una forma de poder comparar consultas con poca gente y con mucha, porque mide las visitas en porcentaje, sin importar las poblaciones.

Otro disgusto más le daré, señora de Miquis, y es que esa altísima frecuentación no va pareja a una mayor incidencia de patología. O sea, vienen muchos niños muchas veces y no están más enfermos que los niños de otras poblaciones que van menos a los médicos. La lectura es que vienen la mayoría de las veces innecesariamente.

Si sigue la tendencia actual, no será suficiente ninguna cantidad de pediatras, médicos de familia y enfermeras en la que piense. Probablemente 3/4 partes de los impuestos se irán en servicios médicos que en su mayoría son inútiles. Despídase de pensiones, carreteras o policías.

Si me dejara el anfitrión y de verdad les interesa este tema, me encantaría explicarles lo que es el síndrome de Ulises. No el descrito como patología del emigrante sino el descrito como fenómeno paradójico del que viene al médico mucho más de lo deseable.

Claro está, como no sirve para zurrar al consejero, no les interesará, pero es un problema de primera importancia al que las autoridades tienen miedo prodigar.

Pero yo me siento magnánima, así que si quiere salvar a sus hijos del síndrome de Ulises, no tiene nada más que decirlo.

Y si solo quiere hacer política con el pediatra de la Fortuna, adelante. Sepa entonces que únicamente en Madrid y algunas zonas de Cataluña hay consultas de mañana y de tarde y que las provincias donde los médicos ven a los niños de lunes a viernes son escasísimas, siendo lo habitual una consulta dos veces en semana como mucho. Eso sí, protestan mucho menos.

Anónimo dijo...

No me refería al cuadro descrito por el colega Joseba Achotegui sino al cuadro descrito en 1972 por Rang.

Rang M. The Ulysses syndrome. Can Med Assoc J.
1972; 106(2):122-123.

y Fijado por Campos

Campos FJ, Mercado-Rodríguez U. Letter: The Ulysses
syndrome. Can Med Assoc J. 1975; 113(6): 493.

Podemos afirmar, a modo de hipótesis, que los médicos, en ciertas condiciones, padecen una aversión al riesgo del error por resultados falsos negativos subdiagnóstico de una enfermedad). De hecho, una de las
conclusiones a la que llega D. Rosenham es que, en determinados medios, el psiquiatra teme más considerar sano a un enfermo que
enfermo a uno sano, lo que podría ser extrapolable a otras situaciones.

Los factores que podrían determinar tal conducta serían, entre otros:
• Medicina defensiva.
• Imperativo tecnológico (tecnolatría).
• Formación clínica deficiente.
• Valoración inadecuada de la validez de los estudios complementarios.
• Especialización y medicalización.
• Intereses económicos.

Esta conducta se acompaña de una subestimación del riesgo del falso positivo. La aplicación indiscriminada de un método
diagnóstico, especialmente en poblaciones con bajo riesgo de padecer una enfermedad
(prevalencia baja) aumenta la tasa de resultados falsos positivos.

Anónimo dijo...

Creo que alguien va a tener que pedir disculpas a neptu.

He encontrado esto en un articuyo del 2 de diciembre:

Ya lo hice el sábado y lo vuelvo a hacer. Pido disculpas, perdón, por las molestias que he podido causar a la concejala.

¿Donde esta el que suspende en lectura? Tendra que repetir curso.

Anónimo dijo...

y la concejala ha debido captar esas disculpas, ya que ha vuelto a escribir en el blog.

Anónimo dijo...

No he comprendido para nada el segundo post del médico pero sí me interesa lo del síndrome de ulises. A ser posible breve y conciso, no se vaya por las ramas ni me inunde el post de palabros raros.

Anónimo dijo...

Ni tenemos pediatra ni tenemos médico de familia, la mayoria de las veces, sobre todo por la tarde.

Anónimo dijo...

Se asigna el nombre de "síndrome de Ulises" al conjunto de situaciones que se presentan en un paciente como resultado de una bien intencionada pero excesiva investigación diagnóstica. En estas circunstancias, los estudios complementarios conducen a resultados falsos positivos que, malinterpretados, conducen a nuevos estudios o intervenciones terapéuticas con costos y riesgos, con sufrimientos y complicaciones.

Un ejemplo real, aunque ya clásico, de "síndrome de Ulises":

JA, de 12 años, fue internado en un orfanato a los 5 años de edad, al mes del fallecimiento de su madre y luego del abandono por parte de su padre. No tenía antecedentes prenatales ni posnatales de relevancia. Una
evaluación psicológica determinó que presentaba un cociente intelectual bajo. Se determinó
que debía realizar su escolaridad en una escuela especial. A la edad de 11 años no sabía leer ni escribir y se caracterizaba por
una conducta oposicionista desafiante. A esa edad, la esposa del profesor de gimnasia del
orfanato, que ignoraba todo antecedente del niño, lo recogió junto a otros tres compañeros
para llevarlo a una salida de campamento. Debido a que el niño viajaba en el asiento delantero del auto, la señora conversó con él durante todo el viaje. Esa noche, charlando con el marido, le comentó lo inteligente y
agradable que había resultado el niño que había llevado. El marido le dijo que estaba equivocada pues ese niño era un “débil mental” con graves trastornos de conducta. La esposa le contestó que el equivocado era él. Consiguieron un permiso y le acogieron por un día, para Nochebuena y Navidad del orfanato. Ese día su comportamiento fue
adecuado y sorprendente (para el profesor de gimnasia). Consiguieron finalmente su custodia. En el transcurso de ese año el niño realizó un notable avance en su aprendizaje (en tres
meses aprendió a leer y escribir).




El Dr. Rang llamó a este cuadro neurológico tan común síndrome de Ulises en honor del personaje principal del clásico poema épico de Homero “La Odisea” (por Odiseo, versión griega original del nombre latino del héroe Ulises). Ulises combatió en la guerra de Troya y tadó 20 largos años retornar a su hogar, Itaca, la mayor parte de las veces como consecuencia de la conducta de su
tripulación, lo que le llevó a vivir numerosas aventuras, muchas de alto riesgo. Los pacientes
con síndrome de Ulises, originalmente descrito en la neurología, pero hoy extensivo
a otros campos, usualmente comienzan sanos o con enfermedades relativamente poco
importantes para luego de una larga travesía con investigaciones y tratamientos muchas veces peligrosos, tras experimentar un número de desventuras, finalmente (aunque no siempre) vuelven al punto de partida (aunque con las consecuencias del padecimiento
de su odisea).

Los libros están llenos de éstos casos:

“Jimmy se cayó y se golpeó su cabeza. Su madre pensó que no habría mayores consecuencias pero la abuela del niño le dijo que lo llevara a un médico. El profesional pensó que era improbable que tuviese una fractura pero, para estar más seguro, le solicitó una radiografía de cráneo y cuello. No se encontró ninguna fractura pero, en las placas de columna cervical se alcanzaba a visualizar, en la clavícula, un hueso anormal. Después de una serie de análisis de sangre que no dieron ninguna anormalidad, los padres llevaron a Jimmy a un cirujano ortopédico que pensó que el hallazgo podría ser una variante normal. Pero, debido
a que no estaba totalmente seguro y a que la familia estaba muy preocupada por la posibilidad de que el niño tuviese un cáncer, se efectuó una biopsia. El patólogo,
quien tenía mayores dificultades en el análisis de las muestras de tejido óseo que con otros tejidos, informó que se trataba
de un defecto cortical fibroso benigno. El chico, sin embargo, se cayó en el piso resbaloso del hospital y se fracturó su clavícula en el área que estaba debilitada por la biopsia”.


Está muy estudiado por qué sucede esto, por qué se sobreactua y perjudica con exceso de pruebas y revisiones a los pacientes, pero es tema de otro calado y quizá no interese a usted.

Anónimo dijo...

Los servicios se pagan y los pagamos nosotros, los ciudadanos.

La pregunta es ¿cuánto más estamos dispuestos a pagar para que sea un pediatra el que nos reciba cuando el niño se ha hecho una pequeña contusión en una rodilla, por poner un ejemplo?

O es que acaso alguien se cree aún que la asistencia sanitaria es gratis?

Y siendo así, ¿por qué todos sabemos que hay que ahorrar agua y procuramos que no gotee el grifo pero derrochamos consultas médicas yendo con auténticas y genuinas chorradas al médico?

¿estamos usando las consultas como confesionarios, lugares de relación social o formas de hablar con alguien que nos tiende y trata bien?

¿hemos sustituido una vida sana de relaciones familiares y sociales por una especie de "habla con tu médico amigo"?


Si somos sinceros, daremos con muchas claves.

Anónimo dijo...

Me imagino que ha sido Lola la que ha descrito el síndrome de Ulises, como exceso de diagnóstico, que yo creía que era el del emigrante y no conocía que tuviera esta vertiente del exceso de intervencionismo.
Respecto a esta cuestión, lo que está claro es que este síndrome de Ulises lo crea el personal sanitario, no los usuarios. No me parece lógico que se diga que los pacientes no vayan a las consultas porque se puede desencadenar el síndrome de Ulises, pues los médicos en cuanto tienen un potencial paciente caen en el automatismo de pedir pruebas sin ton ni son. Es casi como pedirles a los pacientes que vayan con su diagnóstico hecho porque los médicos no saben distinguir cuando hay una enfermedad real o cuando la gente va a desahogarse o a que la escuchen.
Es cierto que cuando los usuarios de los servicios públicos tienen una cultura de tipo medio facilitan el trabajo a los expertos, o resuelven muchos problemas sin acudir a dichos servicios, y son precisamnte los más desfavorecidos social y económicamente los que utilizan en exceso los servicios públicos, y donde se dan todo tipo de situaciones anómalas por exceso de intervencionismo. Pero lo que no se puede es pedir a esas personas que carecen de criterio que no pidan ayuda cuando creen que la necesitan. Las situaciones que se describen para la medicina son habituales en otros ámbitos, como la justicia gratuita (que conozco más), donde se originan auténticos disparates y problemas a muchas personas porque los supuestos expertos no lo son tanto, y ponen en marcha automáticamente mecanismos que a nadie se le ocurre parar hasta que provocan un desastre que sale en los medios de comunicación. Un ejemplo, esa madre sordomuda que por un cachete al hijo la condenan a vivir alejada de su hijo que ahora tiene doce años durante un año.
En estos casos de usuarios con escasa formación que acuden a los servicios públicos cuando realmente no necesitan la atención del especialista, pueden ser atendidos por personal auxiliar o de grado intermedio, evitando al máximo el exceso de intervencionismo. Porque como se ha dicho en anteriores comentarios, es un derroche de medios innecesario que cuesta muchísimo dinero.
Y ciertos partidos políticos deberían dejar de echar leña al fuego pidiendo más especialistas y más intervencionismo, exclusivamente por razones electoralistas, cuando lo que se debe hacer es racionalizar el gasto.

Anónimo dijo...

Lamento no estar de acuerdo con su suposición.

El sídrome de Ulises se describió en un medio acomodado, entre las clases medias y medias altas. El exceso de visitas a los médicos no proviene de las poblaciones marginales o más desfavorecidas. Proviene de las clases medias. Es un fenómeno bastante nuevo pero muy estudiado. Entre las poblaciones más desfavorecidas sigue habiendo muchas resistencias a llevar a los niños a sus médicos, a sus pediatras y a sus enfermeras. Y la población emigrante poco a poco se incorpora a las costumbres pero por lo general conserva usos y costumbres propias y desconfía de las intervenciones de los profesionales, hasta a veces de las vacunas y otras actividades preventivas.

Es natural que un profesional presionado por visitas innecesarias de padres que pretenden compensar que no pueden pasar horas con los hijos, comience el ritual de las pruebas huecas y el síndrome de Ulises. De momento no somos máquinas y la respuesta natural a muchas visitas es que comiencen sospechas inadecuadas. No hemos sido formados para tratar sanos, eso no es difícil entenderlo.

Los falsos positivos, es decir, creer que un sano está enfermo, tienen su origen entre otras cosas en no ver a penas enfermos. Yo, en miles y miles de tardes de trabajo ímprobo viendo 80 o 90 pacientes sólo uno o dos necesitaban, como media, realmente asistencia cada tarde. Usualmente los más callados, los más respetuosos y asustados de la sala de espera.

Eso es tirar el dinero del contribuyente.

"de lo que no cuesta, se llena la cesta", lo malo es que en este caso sí cuesta.

Anónimo dijo...

¿Pero les cuesta tanto a los médicos reflexionar sobre su propia actividad? Es cierto que han sido preparados para tratar la enfermedad y no la salud, pero la experiencia profesional debería servir para aprender a delimitar cuándo se debe intervenir y cuándo no.
La población más marginal quizá es la que todavía no abusa de la sanidad pública, pero sí las clases culturalmente bajas. Lola, usted misma lo ha dicho, que a las poblaciones o distritos de clases medias es hacia donde piden los traslados los médicos porque es donde tienen menos consultas y donde realmente se practica la medicina. Siempre hay excepciones, pero a nivel general es así. No voy a señalar barrios concretos de Leganés por eso de la corrección política, pero casualmente los que demandan más pediatras y más especialistas de todo tipo son los que también están a la cola en las pruebas de conocimientos recientemente realizadas en los colegios.

Anónimo dijo...

He puesto un post con dos referencias bibliográficas en las que precisamente se estudia y se reflexiona el porqué de los errores de sobreactuación. Creo que el texto no puede ser más crítico con la acción del médico y dónd tiene el problema. Antes de manir una frase hecha como la que escribe, piense que no siempre "pega", ya que aquí se ha hecho una autocrítica ácida y documentada. Por si no recuerda, le reproduzco sólo unas frases de ese post:

"Podemos afirmar, a modo de hipótesis, que los médicos, en ciertas condiciones, padecen una aversión al riesgo del error por resultados falsos negativos subdiagnóstico de una enfermedad.


... y proseguía con las causas:

Los factores que podrían determinar tal conducta serían, entre otros:
• Medicina defensiva.
• Imperativo tecnológico (tecnolatría).
• Formación clínica deficiente.
• Valoración inadecuada de la validez de los estudios complementarios.
• Especialización y medicalización.
• Intereses económicos.



De verdad que si no ve ahí autocrítica es que no ve nada de nada o no lo quiere ver, porque queda clarísimo.

Pero eso no quiere decir que no haya una responsabilidad social en el hecho constatable de que que los servicios no funcionen. De hecho usted alude a grotescas situaciones legales resultado de dejar prosperar aberraciones. Los jurídicos puede que también sufran el exceso de uso de su materia, quitando tiempo y energía de las verdaderas batallas de interés social. ¿es culpa de ellos o culpa de todos?

Pues imagine lo mismo pero de un servicio por el que no se paga en el momento y es vivido como gratuito aunque es el más caro de los qe provee el Estado. No es que se abuse de las consultas es que su finalidad se ha prostituido y a día de hoy son simplemente una máquina de complacer al ciudadano y compensarle por las demás cosas que no funcionan bien. Más del 70% de las consultas son evitables porque no contienen materias propias para su solución médica. Esas personas acuden más buscando a la persona y a su sentido común que al profesional, que con frecuencia usa más su experiencia como persona que sus conocimientos para intentar complacer a estos "pacientes" que en realidad no lo son y simplemente traen a consulta el dolor de vivir, la levedad del ser o la intolerancia a la frustración. Ninguna de esas realidades son médicas, las padecemos todos y las solucionamos con recursos propios, con charla y convivencia o con la amistad. Hay que preguntarse por qué extraño motivo estas cosas vienen ahora a los consultorios, pero tiene mucho que ver con el desprestigio de la iglesia y el laicismo estético. El caso es que lo que antes hacían los ancianos y los curas nos ha caído como un plomo. Y digo como un plomo porque nuestra formación contempla poco el manejo de éstas situaciones que siempre se han resuelto en otros ámbitos.

Reflexionen si es el médico el más indicado para que la gente vuelque sus sospechas de fidelidad del cónyuge, el desontento con la comida de la escuela, el comportamiento de la colada de la vecina de arriba, el poco sitio que el vecino deja al coche propio y lo mal que sienta o lo apretada que lleva la coleta la niña, por culpa de su abuela, con la que quieren que mediemos. Yo he llegado a recibir a unos padres que me traían a su hijo para que les indicase si en mi conocimiento del chaval les aconsejaba ciencias o letras, para el año que viene.

Pues sí, esa es la realidd de las consultas: 70% de cuestiones (no problemas) que a día de hoy ni siquiera podemos codificar en el sistema informático.

Anónimo dijo...

Muy interesantes sus observaciones. Nunca hubiera pensado que buena parte del deterioro de la sanidad pública se deba a la ola de laicismo que nos invade. Puede que tenga parte de razón, que ahora los médicos cumplen la función que tiempo atrás tenían los mayores o los confesores. Pero no se olvide también del papel de consejeros y confidentes que históricamente han tenido los médicos de cabecera, sustituídos por los médicos de familia, quienes ahora se niegan a asumir esa función social que, sin embargo, sigue viva en el imaginario colectivo.
Pero la evolución social no tiene marcha atrás y la Iglesia ya no es un referente para la mayor parte de la sociedad, ni la experiencia de los mayores más cercanos sirve en una sociedad heterogénea y cambiante.
Como las necesidades de comunicación ya no las satisface el confesor, y esa figura religiosa no han sido sustituida por el equivalente laico (quizá el psicólogo, o el asesor personal), mientras tanto, me temo que la gente acudirá a los trabajadores sociales más a su alcance, que son los médicos de la Seguridad Social por esa herencia del médico de cabecera de otros tiempos.

Anónimo dijo...

Claro, claro... los ratios de los trabajadores sociales que vienen a ser de uno por cada 27.000 habitantes, les hace las figuras idóneas para las confidencias de una población que encierra a sus viejos en residencias como trastos pasados de moda y luego echa en falta a alguien con quién hablar y a quien escuchar.

Veo que para usted el caso es encontrar un profesional pagado con impuestos que sustituya a los recursos naturales que la sociedad debiera tener. Muy bonito. Me suena similar a esos perros electrónicos que se han puesto de moda para sustituir a las mascotas. Lo que sea para evitar molestias, lo que sea para tener una aseada funcionalidad que no nos lastre a la hora del ocio o las vacaciones, que no manche, no ladre o no haya que ocuparse de sus necesidades.

Pronto la amistad será sustituida por una especie de cajero automático que al introducir la mano nos inyecte endorfinas. Todo asépticamente y sin las penas y peligros de las relaciones humanas.

Me parece muy mendaz afirmar con tanta soltura lo que los médicos de familia queremos o no queremos. Creo que todo el mundo entenderá que por muy digna que sea la tarea de escuchar al prójimo, hay otra muy importante que no puede quedarse sin hacer y es atender a los que han enfermado. Sería, es de hecho penoso que una tarea de comprensión social impida realizar la prioritaria. Si no piensa lo mismo espero que la próxima vez que tenga fiebre y un dolor considerable de garganta su médico esté hablando media hora con una persona sobre las pelusas que le tira su vecina en la ropa tendida y le haga esperar a usted. Porque esa es la situación generada, no que nadie se niegue a nada. De hecho, si expongo esto es porque lo conozco y si lo conozco es porque lo hago y no porque me niegue a ello. Eso no quita para que me parezca fatal hacerle esperar con fiebre y con anginas.

Anónimo dijo...

Creo que no se ha dado cuenta que la sociedad que nos empuja al "porque yo lo valgo" es la que causa al final los males. No se puede vivir en el hedonismo salvaje de prescindir de todo lo que nos molesta, porque hay actores que son un poquito "molestos" pero que en su rol está lo que luego echamos de menos, sean los animales vivos de compañía, las amistades de verdad o nuestros mayores.

Porque el pragmatismo simplista es mentira. Nada es "molesto" absolutamente ni tampoco nada es "útil" al 100%.

Suprima los engorros de su vida y encontrará probablemente que su vida pierde sentido, rumbo y profundidad.

Lo que está enferma es la sciedad que nos lleva a metas que dudosamente necesitamos y nos hace desprendernos de quienes nos arropan con su experiencia, incluso cuando son dependientes y se les ha ido la cabeza.

Anónimo dijo...

Entiendo sus quejas sobre el mal uso de las consultas a los médicos de familia por parte de los usuarios, y la frustración de los médicos que, según dice, en un 70% atienden cuestiones ajenas a la medicina. Puedo estar de acuerdo incluso en la causa, que muchas personas busquen en el consultorio médico la escucha que no encuentran en otros ámbitos sociales, con el enorme ahorro que supondría para la Seguridad Social el uso racional de los servicios sanitarios. Pero en lo que ya no puedo estar de acuerdo es en las soluciones que propone, que es la vuelta a épocas anteriores a la sociedad del bienestar. Añora aquellos tiempos en que la Iglesia era el referente moral para prácticamente toda la sociedad, y los curas eran los confidentes y asesores; también dice que se desprecia el valor de la experiencia de los mayores, y le interesa menos que se le recuerde el papel de los sacrificados médicos de cabecera del que son herederos los médicos de familia. Por el modelo de sociedad que describe, parece que quisiera volver a los tiempos de la sociedad preindustrial, cuando los hijos prestaban en la vejez todos los cuidados a los padres, incluso los alimentos, cuidados cubiertos actualmente por el sistema de pensiones.
De aquellas sociedades del pasado que imagina idilicas en que la familia solucionaba todos los problemas (tampoco creo que cualquier tiempo pasado fue mejor), tendríamos que recordar que las funciones que ahora cumple el Estado del bienestar, en aquellos tiempos fueron las mujeres las que tuvieron a su cargo el cuidado de niños, viejos y enfermos, cuidados a los que dedicaban la vida entera.
Hoy, con la incorporación casi plena de las mujeres a la vida social y laboral, resultaría imposible volver a esos modelos del cuidado de las personas dependientes por la mitad de la sociedad, es decir, por las mujeres, pretendiendo que vuelvan al ámbito doméstico.
Lola, cuando dice que las funciones de escucha que ahora cumplen los médicos de familia deberían volver a cubrirse por los mayores, que describe truculentamente abandonados en los geriátricos, pasa por alto que las tareas del cuidado de las personas dependientes en el ámbito doméstico fue a costa de relegar exclusivamente al ámbito privado a la mayor parte de las mujeres. Como comprenderá la incorporación de las mujeres al ámbito público es irreversible y para optimizar los recursos de la Seguridad no se pueden buscar soluciones imposibles, propias de sociedades de otras épocas, como sería el que los cuidados de personas dependientes volvieran al ámbito familiar.
No es necesario echarle las culpas al laicismo o al hedonismo que nos invade el que las funciones tradicionales de la familia ahora las cumplen los servicios sociales a cargo del Estado; simplemente las sociedades se adaptan a las circunstancias que les ha tocado vivir.

Anónimo dijo...

No sé de dónde se saca usted esa interpretación de mis palabras. No hay nadie más enemigo de mirar atrás que yo. Por lo general los médicos tenemos una vena práctica muy desarrollada y la inutilidad de añorar lo que no puede ser podría entrar en ese grupo de cosas a las que nunca le dedicaría mi esfuerzo ni mi ingenio. No seré yo quien diga qué es lo que hay que hacer, qué rumbo tomar y cual es la receta para vivir. Y no seré yo, precisamente porque las recetas son algo que conozco, sé lo complejo que es ajustarlas a unas necesidades, a una enfermedad y a la realidad de un paciente.

Sólo analizo. Y sepa que analizo con mayor profundidad de lo que cree. El modelo de aparcamiento de viejos en instituciones no es sostenible. No señor, a la vista de las pirámides poblacionales y a la vista del envejecimiento de las sociedades occidentales, la mayor longevidad y la abrumadora cantidad de grandes ancianos, mayores de 90 años, no hace falta ser Einstein para calcular el batacazo económico que nos espera si seguimos insistiendo en este modelo. Nuestros ancianos son los niños de la guerra. Nos faltan muchos porque murieron prematuramente. Los que hoy día ya hemos cumplido 40 vamos a ser un batallón, todos a la vez nos jubilaremos, si podemos, y nos pondremos a cobrar pensión y a ir a los centros en verdaderas bandadas, más o menos multiplicando por 10 las instituciones que existen hoy. Eso no hay estado del bienestar que pueda resistirlo, menos un estado que ya no ha tenido tantos hijos. Sobre esto hay mucho escrito y créame, aunque viniera toda la emigración que pueda imaginar, no se genera riqueza suficiente para mantener geriátricos para todos.

Yo no le he propuesto ningún modelo de sociedad, ni he mandado a nadie a casa a cuidar proles ni con ni sin la "pata quebrada". Ni siquiera le he recomendado a nadie para el rol social de cuidador en la familia, eso lo ha hecho su retrógrada imaginación que le ha traicionado.

En cualquier caso, la familia como ente existe, hay muchos miembros en ella y las tareas de cuidadores y de contribución económica para que también haya cuidadores remunerados en domicilio no parece un mal camino para que los ancianos puedan continuar en las familias que han fundado. Todas las puntuaciones y baremaciones de salud física y mental de los ancianos se disparan cuando hablamos de cuidado en familia y descienden cuando hablamos del anciano institucionalizado. Pero es que la supervivencia también. Y no me da ningún reparo decirlo, yo no tengo que hacer la babola a las familias que quieren una justificación o aliento para dejar a su anciano en un asilo, residencia o como quiera que llamemos a los aparcamientos para viejos. La esperanza de vida de los ancianos institucionalizados para una misma edad y patología es muy inferior a la esperanza de vida de los que viven en su casa.

Me encanta su defensa de los ciudadanos "mujer" en detrimento de la defensa de los ciudadanos "anciano". Pero es mal asunto ese, a veces se empieza así y se termina en el monte Taijeto.

Antes de solucionarles la vida a los ciudadanos "mujer" "hombre" o quien fuera, sería bueno que preguntase a los ancianos dónde quieren vivir y de esa respuesta deducir si hay o no un genocidio silencioso en los aparcamientos para viejos.

Anónimo dijo...

Lola, quizá Ud. tenga algún sentido práctico hablando de medicina, no digo que no, pero en cuanto a sus análisis sociales creo que tiene una visión bastante distorsionada de la realidad. Es que por todas partes ve genocidas que aparcan a los viejos en geriátricos, que a sus mascotas las dejan aplastadas en el asfalto, que sustituyen la amistad por una máquina generadora de endorfinas, etc, etc, genocidas que, obviamente, no son del PP, faltaría más! Y menos mal que todavía no ha salido a colación la eutanasia o el aborto, porque también habría hablado de los asesinos en serie de los Jaimitos, o de la eugenesia, el holocausto, o vaya usted a saber por dónde nos hubiera salido la concejala Lola.
En fin, menos mal que Lola es, según Neptuno, del sector moderado del PP, que si llega a ser de los ultras... apaga y vámonos.
Algunas veces, por librarnos de este PSOE-IU corrupto que gobierna en Leganés, había imaginado que podría regenerarse la vida política mediante la alternancia en el poder, aceptando al PP como mal menor, pero si los que van a tomar el relevo son éstos que califican de genocida al que simplemente no coincide con ellos en la distribución del gasto público (porque al final sólo se trata de más o menos impuestos), como digo, ese probable gobierno municipal me parece horrible.
Ahora entiendo mejor a Neptuno cuando dice que si gana el PP en Leganés emigra a Rivas. Si puedo, yo también.

Anónimo dijo...

Pregunte usted a los ancianos dónde quieren vivir. Mañana volvemos a hablar, si lo desea. Obviaré hacer más comentarios. Sólo reflexione si merecen que les llevemos donde ellos no quieren ir y luego llámelo como quiera, si quiere podemos llamarle cabronada.

Y también si quiere podemos sacar nuevos temas. Su residencia en Rivas, creo, no interesa a nadie, pero podemos hablar de ella, de su ilusión por irse o de por qué se comporta como si le hubieran pisado el rabo, cuando esto es sólo un foro donde se opina. Parece que le he tocado un punto débil. Créame, yo no conozco a sus abuelos, pero opino porque de momento, es libre. Exactamente igual que usted. Y si le parece excesivo que use el término "genocidio", a mí me lo parece que su compañero de ideología y admirado presidente me llame "tonta de los cojones".

Anónimo dijo...

Creo que en el fondo se siente culpable de no poder satisfacer un deseo tan simple: pasar los últimos años en la familia que han fundado.

Anónimo dijo...

Porque yo sí leo de todo y formo mi opinión fuera de los idearios.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/UNIoN_GENERAL_DE_TRABAJADORES/ancianos/negocio/elpepiopi/19890813elpepiopi_3/Tes

Anónimo dijo...

http://www.elpais.com/articulo/opinion/UNIoN_GENERAL_DE_TRABAJADORES/ancianos/negocio/elpepiopi/19890813elpepiopi_3/Tes

Anónimo dijo...

http://www.elpais.com/articulo/opinion/ UNIoN_GENERAL_DE_TRABAJADORES/ancianos/negocio/ elpepiopi/19890813elpepiopi_3/Tes


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Anónimo dijo...

Lola, el tema de los abuelos lo sacó usted, y en ese sentido no tengo ninguna cuestión personal pendiente, ni he aparcado a nadie. Es un debate que lo lleva por donde quiere y hacia donde le parece, porque todo empezó por las consultas médicas, que dice que la gente las utiliza para desahogarse (es posible), y lo único que se le ocurre para evitar el abuso por parte de los usuarios es sacar a los mayores de los geriátricos para que la gente tenga con quien charlar y no les robe tiempo a los médicos. Lola, Ud. fue la que llevó erráticamente el debate hacia todos los tópicos utilizados por la derecha más reaccionaria, y yo lo único que he hecho es servirle de percha para que Ud. suelte su discurso cargado de moralina, recordándole algunos datos históricos anteriores al Estado del bienestar, de cómo el cuidado de las personas dependientes prestado en familia ha estado siempre a cargo de las mujeres, hoy imposible por la incorporación masiva de las mujeres al trabajo. Entonces me dice que trato de discriminar a los viejos en favor del grupo mujeres. Y todo así.
Inicialmente pensé que podía ser útil el debate sobre las consultas médicas, pero para que termine por decirme que pertenezco al grupo de genocidas de viejos, y que se permite ese calificativo en revancha por lo que dijo el de Getafe, pues qué quiere que le diga, no me presto a continuar la conversación. Por otra parte, el suyo es un discurso muy antiguo y de sobra conocido, y ya me sé todos los tópicos que pueden venir.
Lo de trasladar la residencia a Rivas si gana el PP en Leganés, los asiduos de este blog saben que es una frase de Neptuno.

Anónimo dijo...

Como comprenderá no voy a opinar sobre si desiste o no. Libre soy yo y libre es usted. Acerca de si soy reaccionaria o no, me remitiré al referemdum virtual, ya que no se celebrará, que pudiera realizarse en los viejos, aparcados o en proceso de aparcamiento. Sólo le digo que reflexione sobre si todo lo que hacemos sirve para ser más felices y si en este deseo no estamos olvidando a los que ya no influyen, ya no opinan, ya no les dejamos opinar, ya no votan. Y si eso es progre, pues qué quiere que le diga, me alegra ser ese tipo de reaccionaria. Al menos reacciono=no me conformo=quiero mejorar el mundo. Y sobre todo no aparccaré a mis viejos, los quiero y prefiero tener menos vacaciones, menos coche, meno adosado, menos vestiditos de marca y más cariño.