"¡Vuelve Bragado!"

Un martes cualquiera en Leganés (y II)

No, no me he vuelto loco, el titular no es de un servidor, aunque bien pudiera serlo, va entrecomillado porque es el deseo que en voz alta me ha hecho un conocido partidario del PP con el que he tenido el gusto de seguir el apasionante pleno de esta tarde en el ayuntamiento de Leganés. Es un deseo después de ver el esperpéntico papel del portavoz de su grupo preferido. Yo he sentido vergüenza ante la patética intervención de Jesús Gómez. Jamás pensé que iba a decir esto, pero me temo que va a hacer magnífica a su antecesora, la srta. Bragado.

Por momentos he pensado que estábamos ante el enviado especial de su hada madrina, parecía más un letrado defensor de los intereses de la Comunidad de Madrid como institución y de su presidenta, Esperanza Aguirre, que un representante de un gran número de vecinos de Leganés y sobre todo, de los intereses de todos los ciudadanos del pueblo. Yo ya lo defino como un meapilas. Un enviado que llega a defender a su madrina. Falta mucho, pero los vecinos de Leganés, sabrán lo que tienen que hacer dentro de tres años largos ante un gazmoño que no da mucho de sí, que fue puesto a dedo, que en su día y con mis propios ojos vi como nos dedicaba un dedo y que mucho me temo o como dice el refrán el mismo cuchillo que en su día cortó el pan, cortará en el futuro ese dedo. La verdad es que el equipo de gobierno tiene un chollo con este portavoz. Anda más perdido que el fugitivo.

Cuando ha surgido el asunto del Hospital Severo Ochoa, Jesús Gómez ha pasado la patata caliente a la concejala Dolores Montoro, quien por cierto ha tenido un discurso insostenible y sólo perdonable por el marrón que le ha tocado en suerte. Ha llegado a calificar las urgencias del hospital Severo Ochoa como un "aparcamiento de moribundos". Después Gómez, el popular, ha intentado intervenir, y digo intentado porque ha encadenado desatino tras desatino. El momento estelar se vivía cuando el propio Gómez preguntaba al alcalde en uno de los instantes más apasionados:

- Señor alcalde, ¿se tranquiliza el público?
- Seguro que si sigue hablando lo hará. (Ha respondido un irónico Gómez Montoya pegándole un buen corte al portavoz popular).

Buena intervención de Carlos Delgado, él mismo, por la forma de hablar, ha debido pensar que reaccionó demasiado tarde en su respuesta pública al auto de sobreseimiento de la audiencia. Argumenta toda su posición en esta asunto en su confianza ciega en la justicia y en la respuesta que iba a dar ésta al caso y precisamente cuando ésta llega, tardó dos días en dar su versión.

Por cierto, magnífica la intervención de Raúl Calle, excelente, yo mismo la hubiese firmado con gusto y quizás por eso ha sido recompensado con la ovación de la tarde.

Por último, en vista de que el alcalde me ha hecho caso en alguna ocasión sobre mis observaciones sobre su meteduras de pata con nuestro idioma, voy a probar suerte una vez más.

Edito 09.00 h miércoles 13 de febrero ya que gracias a la participación de un anónimo que me ha hecho una oportuna puntualización, si bien reconocer que existen los ordinales utilizados por nuestro alcalde, en la lengua culta es preferible el uso de los que le recomiendo. Por tanto en este caso el que he metido la pata he sido yo, y baste lo siguiente como mera recomendación y en ningún caso sea tomado como una obligación.

Por tanto, le pido que sustituya de su vocabulario cuando dé paso al punto undécimo del pleno, el término decimoprimero, al igual que cuando dé paso al punto duodécimo que no se refiera a él como decimosegundo. No es mucho pedir, pero tanto decimoprimero como decimosegundo, si bien son formas reconocidas recientemente, son preferibles en la lengua culta lo recomendado por un pejiguero más papista que el Papa. A ver si tengo suerte en esta ocasión.

En mi segunda versión de un martes cualquiera en Leganés, después de un pleno muy interesante, les debo la cita textual. Aquí va:

"Sólo el hombre íntegro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores".
Benjamin Franklin (1706-1790).