Enderezando el rumbo y marcando diferencias

Un martes cualquiera en Leganés

Ya tenía yo ganas de escribir algo así. Decía meses atrás que IU-Leganés tendría que recuperar el crédito perdido y, que para hacerlo debería tomar la iniciativa en muchos asuntos, pero, sobre todo, recuperar lo que nunca debió perder: la calle, el contacto con la gente, con los vecinos. En los últimos días, he visto como se han llevado a cabo iniciativas que me gustan y que creo que son necesarias ahora y siempre.

El pasado viernes se repartieron lazos blancos contra la violencia machista con motivo del Día Internacional de Lucha contra la violencia de género (fue el pasado domingo). Todo un éxito.

Un par de días antes, se denunció la patética situación por la que atraviesa el Hospital Severo Ochoa. No debo negar que es mi ojito derecho, porque en él he visto y he comprobado varias veces la calidad profesional de la gente que allí trabaja. Todo ellos dignifican la sanidad pública hoy en día tan denostada por muchos. Pues bien, desde IU se denunciaron las deficiencias que sigue sufriendo el centro sobre todo en la zona de urgencias. No es la única papeleta que se le presenta al nuevo consejero. En Mostolés tiene otra.

Son tan solo dos ejemplos, pero me gusta. Quizás no sea para sacar pecho porque debe formar parte de las obligaciones de la gente que quiere que los vecinos confíen en ellos. Pero ahí quedan.
Y ahora pasemos a la situación que vive el equipo de gobierno. Parece que no hay semana donde no haya un pequeño o a veces un menos pequeño conflicto de intereses. Ya he dicho en alguna ocasión que entre el Alcalde y el Primer Teniente alcalde no hay química (si ya sé que muchos de ustedes me dirán ni química, ni física y que con esto no he descubierto la pólvora). Pero también digo que están condenados a entenderse, por ellos primero, pero sobre todo, por los vecinos. También he dicho que en IU todavía no olvidan lo que ocurrió en junio y que siguen pensando que la mayor parte del "marrón" se lo comieron ellos solitos (me refiero a los cabezas de lista). Eso está ahí latente. Son muchos los ejemplos que podría poner de esta difícil relación, pero seguro que muchos de ustedes ya los tienen en mente y no quiero alargarme en exceso.


También me dicen algunos analistas del pueblo que la explicación a la tímida oposición del PP está en que se han dado cuenta de las tirantences y han preferido adoptar una táctica muy estudiada pero de efectos a largo plazo. Como buen liberal que es su portavoz, Jesús Gómez, estaría aplicando el principio de inspiración francés laissez faire, laisse passer, "dejad hacer, dejad pasar", porque en vista de los problemas, ellos solos se van a sacrificar. Yo sinceramente no lo creo. Soy más partidario de pensar que esto se debe a la incompetencia de los 12 apóstoles, con su portavoz incluído. Pero bueno, no sé que pensarán ustedes. Es una táctica totalmente opuesta a la que mantuvo su antecesora, la srta. Bragado (por cierto, ahí anda mucho más relajada por la Dirección de Juventud de la CAM, con menos problemas y con sus mismos posados. Aunque les cueste créerselo, en esto le gana por goleada a Montoya. Compruébenlo, sale a una media de 5 fotos por acto).

Y por cierto, mañana reunión entre Gómez Montoya y la nueva Federación de Asociaciones para tratar el asunto de lo que se ha dado en llama la cárcel. Hagan sus pronósticos sobre lo que sacaremos en claro.

Acabó un martes cualquiera en Leganés con la cita habitual. En este caso, he elegido una de Herbert Spencer, filósofo y sociólogo británico. No me sean malpensados no señalo a nadie. La elijo porque Spencer dirigió la revista The Economist, órgano del liberalismo radical del finales del siglo XIX. Como hemos hablado del principio francés, pues bueno ahí va:

"Si los hombres emplean su libertad de tal manera que renuncian a ésta, ¿puede considerárseles por ello menos esclavos? Si el pueblo elige por un plebiscito a un déspota para gobernarlo, ¿sigue siendo libre por el hecho de que el despotismo ha sido su propia obra?".

Herbert Spencer (1820-1903)