Más perdido que la antena de Arroyo Culebro

No sé como calificar lo que les voy a decir a continuación. Bueno, yo se lo cuento y ustedes saquen sus propias conclusiones. Eso sí, prométanme que no se lo van a decir a nadie y por favor, si están sentados, como me los imagino, tengan cuidado ante las posibles dislocaciones de mandíbula y si están de pie, supongo que los menos, tomen precauciones ante susceptibles esguinces de tobillo.

Allá voy. Resulta que la antena de telefonía móvil que amenaza el colegio fantasma está donde no debería estar. Sí, no me he vuelto loco, voy camino de ello, pero aún me queda un trecho. Sí, la antenita cuenta con licencia de instalación, pero al que la colocó se le fue la mano, o mejor dicho, el pie, el ojo y la cabeza. Y entenderán el porqué, según el expediente de licencia de la antena, ésta debería estar colocada a la altura del kilómetro 60 de la carretera M-50, pero curiosamente, lo está en el Km 56. Ya ven que cualquiera tiene un error de cálculo, nadie es impune a un fallo métrico, en fin todos somos humanos, tan solo hay 4 kilómetros de diferencia. No, no me he equivocado, no son 4 metros, sino 4 kilómetros. Claro que también es mala suerte que él que se equivocó en tan solo 4 kilómetros, tuviese la mala suerte y el mal ojo de dejarla a 10 metros del solar donde estará (o al menos eso espero) el colegio que ahora no tiene ni un solo ladrillo. Por cierto, ¿qué tal su mandíbula o sus tobillos? Es tan solo un ejemplo de que el tamaño y la distancia sí importan. ¿Cómo es posible que una antena de telefonía esté a 4 kilómetros de donde la licencia de ubicación la situa?


Y también es mala suerte que ahora se hayan dado cuenta los que tienen que velar por esto y gracias a la insistencia de los de siempre. Bueno, 5 meses más tarde, los que tienen que velar por ello se han dado cuenta de que no han velado. De momento, se han comprometido para exigir que la antena perdida vaya a su lugar correspondiente. Espero que encuentren su ubicación antes de que el colegio esté hecho.

Mientras tanto les cuento el último chismorreo de la gente de Leganés y que es aplicable al concejal de Educación, Alarico Rubio, quien "anda más perdido que la antena de Arroyo Culebro...", sobre todo en el asunto del colegio. Que no se me enfade el concejal. El lunes le daré alguna clave más, a él y a ustedes, para que no vaya tan perdido a la reunión que los padres y él mismo van a tener el próximo martes con el Subdirector Territorial de Educación de la Comunidad de Madrid.

Cerramos el círculo por ahora: tenemos un colegio que no está pero que debería estar y una antena que está donde no debería estar. Sí, me queda poco para que me inhabiliten por... pero mientras tanto seguiré dando guerra.