Otro joven muerto en el sur de Madrid
No ha sido en Leganés, pero cerca. En esta ocasión en Fuenlabrada. De nuevo en la noche del viernes al sábado, de nuevo en una zona de copas, de nuevo un joven muere apuñalado y de nuevo es un joven de tan solo 19 años. Muchas casualidades ¿verdad?
Dos semanas después de la muerte de Bruno Sánchez en La Cubierta de Leganés, un joven, al parecer de origen magrebí, ha muerto apuñado en una zona de copas de Fuenlabrada. El joven presentaba 3 puñaladas y las asistencias médicas desplazadas al lugar no han podido salvarle la vida.
Con ésta, ya son 28 las muertes de forma violenta producidas en la Comunidad de Madrid en lo que llevamos de año.
Lo siento, pero les dejo con un nuevo interrogante: ¿qué está pasando? ¿Tan caprichoso es el destino?. Y digo lo siento, porque a mí me gusta contestar a las preguntas, aún dando mi respuesta, pero a veces, ni siquiera la tengo.
1 comentario:
Últimamente tus artículos están llenos de interrogaciones, viendo el destino detrás de todo lo que sucede, como inmerso en una especie de marasmo que te impidiera percibir la realidad más inmediata. Como dice Martínez Llaneza en el artículo que has enlazado, refiriéndose a IU pero que bien podría aplicarse al tema de este artículo "todo este debate es estéril y carece de virtualidad si no se parte de un análisis medianamente ajustado de la situación".
¿Cuales son las causas de este goteo de muertes violentas de personas tan jóvenes? Apuntas, como si los números tuvieran una carga fatídica, que los jóvenes muertos en Leganés y Fuenlabrada tenían 19 años, pero no creo que esa sea la causa de su triste final. Una parte del problema es cultural, pues parece que muchos jóvenes sólo se sienten seguros fuera de su casas portando una navaja en el bolsillo a la que echan mano para resolver cualquier situación conflictiva, y no siempre como arma disuasoria. En el caso de Fuenlabrada, según la noticia policial, fueron los encargados de la seguridad del local los que utilizaron el arma homicida, asunto este de la seguridad privada carente de regulación que también habría que analizar. Después está la concentración de los locales de ocio en cierto lugares, que da lugar a peleas y reyertas entre grupos rivales, y la aparición de mafias que controlan esas zonas.
Sin lugar a dudas, hay algún factor más que puede influir en que de vez en cuando se produzcan las muertes de jóvenes en las proximidades de los locales de ocio, pero por ahí habría que empezar, detectando cual es el problema para acabar con la violencia juvenil que se lleva vidas por delante. Las lamentaciones, como dice el militante del PCE en su artículo, resultan estériles si no se analizan las causas de la situación.
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