3 de enero de 2008

Historias del AVE, del IVA y de lo que iba a ser y no va a ser

No es que me haya dado por los trabalenguas con la llegada del año. Valga este juego de palabras como reflejo de lo que quiero exponer a continuación:

Comenzaré por las historias del IVA. Todo viene porque no puedo estar más de acuerdo con la petición que hizo ayer el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares al presidente del Gobierno, J. L. Rodríguez Zapatero y al ministro de Economía, Pedro Solbes y que consiste en aplicar un IVA superreducido a bienes de primerísima necesidad como es el transporte público.

En la sociedad actual, viajar, moverse en distancias pequeñas, medias y más largas forma parte de nuestro quehacer diario. Eso se ha convertido en un bien básico para desarrollar nuestra forma de vida. En la actualidad, el IVA que se aplica es del 7%, tipo reducido y lo que se pide desde IU es rebajarlo al 4%, tipo superreducido que se aplica a otros bienes básicos como la leche, el pan, etc... ¿Qué supone rebajar ese IVA? Pues muy sencillo, por una lado facilitar el transporte público lo que ganaríamos contaminando menos y mejorando los atascos de nuestras ciudades. Pero sobre todo, haríamos una política de izquierdas beneficiando a las clases menos pudientes que son realmente las que utilizan ese transporte. Vaya desde aquí, nuestra adhesión a esta solicitud.


Pasemos ahora a lo que iba a ser y al final no va a ser. Está en relación con el comentario anterior. Lo vengo anunciando desde hace días y con el paso de los mismos se confirman mis sospechas. El PSOE no gira, sino vive ya en el centro, olvidando a su clientela de la izquierda. Y un ejemplo es la política fiscal que por cosas como la de antes, va perdiendo progresividad y tiende a gravar a todos y de manera desigual. Es decir, la recaudación ha dejado de ser progresiva y en función de la renta y se convierte en una recaudación que se hace para todos y de manera desigual.

Y acabo con las historias del AVE, que también tienen que ver con los dos comentarios anteriores, dígamos que es la demostración empírica de todo lo dicho. Les propongo un juego, ya saben que me gustan mucho. El próximo martes tres personas viajan en AVE desde Madrid hacia Málaga. Estas personas son:

  • Emilio Botín, eternamente rico, en edad de jubilación y de familia bien. Su bisabuelo fundó el Banco de Santander.
  • Uno de sus nietos de 10 años.
  • Un servidor, neptuno28, eternamente joven, al menos de espíritu y de familia modesta, padre y madre analfabetos y trabajadores.

¿Saben por cuánto nos saldría ese viaje?

  • Para las personas 1 y 2, en clase PREFERENTE, la clase media, ni siquiera elegimos la más alta, el precio sería: 113,90 euros cada uno - 40% (tarjeta dorada, mayores de 60 años y niños entre 4 y 14 años): 67,98 euros por cada uno.
  • Para un servidor, persona 3, en clase TURISTA, el precio es de 75,50 euros.

¿Es esto lógico? Puede que sea mi falta de entendederas, pero yo al menos no me lo explico. Si hay alguien que lo entienda, por favor, que me lo razone.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Neptu, tanto meterse con Rafa por las faltas de ortografía y me pones "travalenguas". Mira el RAE y solo existe "trabalenguas".

Los duendes del word, ya se sabe.

neptuno28 dijo...

Pues amigo anónimo lleva usted toda la razón, no voy a justificar mi error, sino que paso a editar y a corregir antes de que Montoya me pegue un buen repasito justificado.

Queda demostrado que puedo ser en el futuro Alcalde de Leganés.

Gracias

Anónimo dijo...

Anónimo, es el DRAE(Diccionario de la Real Academia Española)el que tendría que consultar para encontrar las palabras. ¿No te confundirías con el RAI, el registro de morosos?

Anónimo dijo...

No seas tan impaciente, Neptuno28, que ya tendrás tu tarjeta dorada para viajar con descuento. Todo llega, si no te ocurre algo mucho peor, y podrás codearte con los hijos de Botín.
Y ahora en serio, en general, están bien las bonificaciones en el transporte a niños y mayores, aunque se beneficie algún potentado. Se supone que las personas en edad laboral tienen mayor poder adquisitivo.
Las desigualdades económicas sólo se pueden corregir vía impuestos. Es inviable poner los precios a los productos o servicios en función de la capacidad económica del consumidor o usuario. Tendríamos que ir a sacar los billetes con la declaración de la renta en la boca. Y siempre los que más tienen serían los más beneficiados, porque tributan a través de sociedades, invierten, desgravan, etc., y sus rentas no son tan transparentes como las del que cobra la nómina.
Rebajar el IVA al 4%, no está mal, pero subiría el tipo en otro servicio, por ejemplo, del 7% al 16%. Bueno, por pedir, que no quede.