14 de octubre de 2008

"¿Ustedes creen que si Neira hubiera caído en manos de Montes estaría hoy vivo? Seguramente no"

Sin palabras. Así me he quedado después de leer lo que algún periodista de la extrema derecha, Carlos Dávila dijo anoche en la tertulia de Intereconomía Radio.

3 periodistas y ¿una tertulia?... lean, es increíble. La caza del doctor Montes continúa.

Por cierto, creo que no habría otra noticia en el mundo que me alegraría más que conocer la recuperación del profesor Neira. Son las personas que necesita esta sociedad cada día más insolidaria y adormecida.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

La culpa de Montes es que supuso que era un pequeño rey que podía saltarse la norma del hospital y de todos los hospitales públicos en el sentido de atender sedaciones en box de urgencias.

No será un delito, pero es denigrante y condenable, desde el punto de vista ético.

Porque uno no puede hacer lo que le de la gana, por muy marqués de la medicina (anestesista)que se sea.

Porque parece que las sedaciones sólo las hacía Montes, cuando eso es falso, las hacen todos los profesionales con enfermos terminales a su cargo, lo que no hacen los demás es meter en urgencias un sedadero, un hospital de corta estancia o un área de paliativos no es un departamento de urgencias.

De la misma manera que no sería adecuado operar en los retretes o montar la cafetería en las salas de autopsia. Los protocolos hospitalarios lo dicen: no se debe sedar en urgencias salvo excepciones y esas excepciones se ingresan en 24 a 48 horas...NUNCA DEBEN PERMANECER EN URGENCIAS MÁS DE 48 HORAS, ESO ES UNA BARBARIDAD INHUMANA Y CRUEL.

Lo que el marqués ha intentado es decir que antes de él, no se hacían sedaciones, lo cual es falso de toda falsedad. No sólo se hacían y se hacen sino que se hacen mejor, con el médico en la cabecera y en un ingreso o en un domicilio.

Da verdadero asco ver como el marqués ha manipulado al populacho.

Anónimo dijo...

Lo de la insolidaridad creciente, también se le puede aplicar a los que miran para otro lado ante los atropellos y corruptelas del poder, y desvían la atención hacia banalidades de la oposición, para que no mejoren las cosas, y sigamos sufriendo los abusos y arbitrariedades del poder. O señalan únicamente los abusos del poder más lejano, olvidándose de criticar lo próximo, donde podría ser más efectiva su crítica.
Y no me gusta señalar, Neptuno.

María Dolores Montoro de Francisco dijo...

Comprendo perfectamente a mfyc y suscribo sus afirmaciones.

Como médico de familia he atendido a muchos enfermos terminales, algunos hasta sus últimos momentos y otros mientras pude controlar en los domicilios el dolor y los demás síntomas que pueden acompañar al final de la vida.

Con frecuencia se piensa sólo en el dolor, pero eso es un error, ya que muchas otras circunstancias hacen difícil el final de las personas. Un ejemplo puede ser la sequedad de mucosas que puede hacer que las córneas se ulceren y la boca se llene de costras. También el estreñimiento puede causar molestias insufribles. La propia quietud y máxime si el paciente tiene algún grado de sedación, puede ocasionar heridas en las zonas del cuerpo que se presionan contra las sábanas, a no ser que se tenga un cuidado postural exquisito. Y para qué hablar de la tortura que puede suponer la micción y la humedad sobre la piel. Sólo son unos poquitos ejemplos de las muchas cosas que hay que hacer para tratar con dignidad a una persona que se muere.

Se puede abordar la muerte con su cortejo de síntomas a tratar en un hospital para enfermos terminales o en un domicilio en el que un par de cuidadores, generalmente la familia, se responsabilicen. La urgencia no es el lugar adecuado, por eso es tan cierto lo que mfyc dice poniendo ejemplos comparativos,ciertamente muy crudos pero que hacen reflexionar.

Sólo decirles que ninguno de mis pacientes con dolor ha dejado de ser tratado, en el medio más digno del que he dispuesto y con la mejor medicación que he podido proporcionarles. También les aseguro que no ´hubiera llevado a morir a urgencias a un box de sedación a ninguno de mis queridos pacientes. Simplemente les habría ingresado si la situación en casa no hubiera sido la óptima.

Anónimo dijo...

Pero Lola por qué no nos dice que le parecen las palabras de Dávila.

Anónimo dijo...

Carlos Dávila es un periodista que esta fuera de la circulación y que tiene que montar estas historias para que se hable de él.

¿No fue el que montó lo de la supuesta cocaina de Marichalar en Epoca?

Anónimo dijo...

El periodismo sensacionalista y amarilista es muy rentable. Si Dávila se atreve con Marichalar, mucho mejor con Montes, sabiendo que en un asunto tan delicado y controvertido como la eutanasia tiene detrás a toda la carcundia.
De acuerdo que las urgencias no es el lugar más adecuado para hacer sedaciones, pero me imagino que el equipo de Montes no tuvo otra opción para atender a la gente. Dice Lola que ella nunca hubiera instalado el box para sedaciones en urgencias y que hubiera llevado los enfermos terminales a planta. Yo le preguntaría si es tan fácil para un médico decidir donde se atienden a los enfermos dentro de la organización del hospital. Es que parece que se quiere insinuar que Montes, pudiendo instalar a los enfermos terminales en planta, colocó en urgencias las sedaciones por puro sadismo. Yo supongo que Montes se atuvo a los protocolos establecidos en el hospital, y atendió a los terminales donde se lo permitieron.

Anónimo dijo...

Hola:

Carlos Davila hace su papel: Promocionarse y buscar un buen puesto en Telemadrid.

Neptuno:
Eres igual que un personaje de Paco Martínez Soria: Don Erre que Erre. ¿ No te das cuenta que el caso Montes no engancha a la gente?. A la gente que utilizamos la seguridad social. Pues los Sabina, Serrat, Victor Manuel y Gan Wyoming prefieren la sanidad privada. Sólo la sanidad porque a las ayudas oficiales no les hacen asco.
Yo no sé de medicina. Pero si sé que en el departamento del Sr. Montes se detectaron malas prácticas. Quizás no lo suficiente para condenarles judicialmente. Pero sí para no promocionarles tanto.

Saludos.

Anónimo dijo...

Libertario, tampoco el asunto es para despacharlo diciendo que los que apoyan al Dr. Montes son los que tienen dinero para ir a la sanidad privada.
La experiencia nos dice que cuando el poder que sea se quiere cargar a alguien, se buscan irregularidades que primero se califican de ilícitos penales para dejarlas después en simples irregularidades administrativas. Te puedo poner otro ejemplo, la primera juez de Marbella que descubrió el gatuperio que se traían la juez Ramírez con los del Gil. Por destapar la corrupción, terminó suspendida dos o tres años, con una sanción más severa que a la corrupta.
Con una sanidad masificada y trabajando en urgencias, creo que es muy fácil buscarle irregularidades al Dr. Montes, para desmantelar a un grupo de médicos por razones ideológicas, que en el fondo es lo que hubo, luchas de poder por el control del hospital.
Lo que no se puede en ningún caso es someter a una persona al calvario que pasó Luis Montes, como él cuenta en el libro.
Tampoco me parece oportuno que el debate social que tiene que haber sobre la eutanasia el abanderado sea el Dr. Montes. Creo que hay que abordar estas cuestiones más sosegadamente. A lo mejor, tampoco es posible tratar el principio y fin de la vida serena y moderadamente.

Anónimo dijo...

Neptuno el otro dia decias que estaba Jesusito Gomez mohino y debes llevar razón. ¿Donde ha estado escondido la ultima semana si sale ahora con la entrevista del Buzon a la Oliva? Esta mas perdio. Pobre hombre entre eso y la banda que tiene al lado va apañado. Centrese y no va con segundas.

Anónimo dijo...

La presencia que se tenía que notar y no se nota en absoluto es la de los gobernantes. Aparte de posar en bicicleta el otro día acompañando a Sastre ¿a qué se dedica Montoya? ¿Y Calle?

Anónimo dijo...

Yo creo que Jesús Gómez se tiene que partir el pecho de la risa cada vez que entre en este blog. Si se mete con la seguridad ciudadana, miente y es un manipulador. Si no hace declaraciones en unos días es que está mohíno, perdido y escondido. Lo dicho, vosotros seguid haciéndole publicidad a Jesús Gómez, que es lo que él quiere.

Anónimo dijo...

Dieguito ya estas haciendo la pelota al jefe. NO veas como le trata luego. Claro si le hace la pelota hoy sí y mañana tambien

Anónimo dijo...

El que critia al "mohíno" Gómez es un tío cojonudo, pero el que dice que Gómez se parte de la risa es un pelota. Jajaja

María Dolores Montoro de Francisco dijo...

Quiero volver a repetir, porque parece que alguno de los anónimos no lee de forma óptima, que los protocolos de los hospitales son tajantes al respecto de las sedaciones en urgencias. NO SE DEBEN REALIZAR SEDFACIONES EN URGENCIAS Y SI EN ALGÚN MOMENTO LA SEDACIÓN FUERA MUY NECESARIA Y NO PUDIERA HACERSE EL INGRESO EN UN TIEMPO DE POCOS MINUTOS, EL PACIENTE SEDADO JAMÁS DEBE PERMANECER EN URGENCIAS MÁS DE 24 A 48 HORAS. El ingreso en esos casos es prioritario, por encima de otros casos.

Llevo en el área IX 22 años y mis pacientes siempre han sido ingresados cuando su situación en sus hogares no podía ser atendida o no querían sus familiares atenderla. Es cierto que a veces el ingreso se hacía en hospitales que no están en la zona, pero para el enfermo resultaba siempre más cómodo y adecuado que permanecer en un box.

Sepan que ha habido siempre alternativa a morir en un box de urgencias, lo mismo que siempre ha habido sedaciones terminales. De hecho los médicos que más las aplican somos los de familia.

Montes no es la sedación como tampoco es la eutanasia. Lo que parece mentira es que ustedes caigan en su trampa de miel, en las cosas que ha dicho para encubrir sus reiteradas faltas al protocolo que estaba vigente en su hospital y en todos los hospitales públicos. Es un colega muy competente y muy inteligente, muy capacitado, casi tanto como engreído y displicente. Ahora se muestra muy obrero y muy compañero, muy social y muy comprensivo, facetas que sólo desarrolló a raíz de encontrarse con un conflicto ético y con un posible caso judicial, aunque este nunca podrá concluirse y ha terminado con su sobreseimiento por falta de pruebas, que no libre. Según la justicia no ha cometido delito demostrable, pero no olviden que hizo algo muy feo: atender para iniciar y concluir sedaciones en urgencias. Algo que el hospital no permite.