10 de abril de 2008

"¡Segundos fuera!"

Se acabaron las medias tintas. Se acabaron los devaneos, se acabaron las sonrisitas forzadas y la hipocresía barata. El problema que el PP lleva sufriendo durante mucho tiempo aflora a la luz. El mal enquistado empieza a supurar.

Mariano Rajoy, eterno perdedor, está contra las cuerdas, como los boxeadores que se tambalean y a punto están de besar la lona. Le falta un leve empujón, ni siquiera golpe, para caer noqueado. A su rival, Esperanza Aguirre, se le acaba la paciencia y quiere cerrar el combate cuanto antes. Y el rival de la rival, Alberto Ruiz Gallardón, tampoco aguanta más. Doña Cuaresma ha pasado a ser Aguirre con todas las letras, y las indirectas a directas muy directas. Ha pasado de fingir a querer el cuerpo a cuerpo. Hábil como nadie, Gallardón ha medido las distancias, lo que en el boxeo garantiza mayor efectividad en los golpes a dar y un menor efecto en los golpes a recibir y contragolpea. Sabe que es bueno en las distancias cortas, pero que le ha llegado su momento. Ahora o nunca, ha soltado el brazo y le ha dado este directo: "No quiero que Aguirre presida el PP", son palabras de Gallardón desde Pekín donde se pasea para promover la candidatura, que ya ha nacido muerta, de Madrid 2016. (Algún día contaré todo lo que hay dentro y las luchas también intestinas de los que mandan en la candidatura).

Fuego a discreción, la batalla por el control interno está en su punto más alto, más caliente (por esas cosas que pasan con el lenguaje, el mal uso se acaba convirtiendo en norma, en su punto más álgido, ya admitido por el DRAE como algo que está en el momento más crítico, cuando álgido es justamente lo contrario algo muy frío). Pero si sobra algo en el PP actual es calor y alta temperatura. Las múltiples familias se reparten el campo de batalla y cada uno se defiende como puede. Mientras, el eterno perdedor, se prepara para besar la lona.

Dicen que las derrotas dulces acaban amargando. Dicen que solo el 50% de los europeos posee un gen que da la capacidad de notar el sabor amargo o no. El reparto debe estar mal hecho, porque en el PP, muchos están saboreando ya la bilis del perdedor.

Declaraciones de Alberto Ruiz Gallardón desde Pekín:


Respuesta del número 2 de Esperanza Aguirre, Ignacio González, vicepresidente primero del gobierno regional de Madrid.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Neptuno:

Me gustaría que usted me ayudara para resolver una duda que tengo. ¿ Por qué los dirigentes de la falsa izquierda aman tanto a Gallardón?.
Incluso usted le tiene simpatía a ese señor. Yo no me lo explico. A mi me un dirigente muy peligroso para la clase trabajadora. Igual que Doña Esperanza. Aunque ésta por lo menos tiene a su favor el no ir de lo que no es. De Faraón Gallardón no se puede decir lo mismo.

Saludos.

Anónimo dijo...

ACTA DE LA SESIÓN EXTRAORDINARIA CELEBRADA POR EL ILMO.AYUNTAMIENTO PLENO, EL DÍA DIECISIETE DE ABRIL DE DOS MIL UNO, EN PRIMERA CONVOCATORIA.


44º.- MOCIÓN DE LOS GRUPOS MUNICIPALES SOCIALISTA E IZQUIERDA UNIDA, SOBRE NORMATIVA MUNICIPAL DE ANTENAS DE TELEFONÍA MÓVIL EN LEGANÉS.

Se dio lectura a la siguiente Moción:

"Si se analiza la denominada sociedad de la información podrá observarse el cambio espectacular que se ha producido en los últimos años. Hemos pasado de tener un par de canales estatales de TV, algunas emisoras de radio y telefonía a tener una gama completa de servicios que incluyen varios canales de TV terrestre, plataformas de satélite, una amplia oferta de canales de radio, telefonía móvil y fija públicas y privadas, redes de datos, Internet.

Poco a poco, los medios de comunicación y revistas especializadas nos van invadiendo con nuevos conceptos tales como trunking, sistemas PMR, servicios de seguimiento de flotas, telefonía móvil GSM y la futura tecnología GPRS y UMTS que denotan que vamos incorporándonos poco a poco a la denominada Sociedad de la Información.

Pero esta nueva revolución del siglo XXI tiene un precio, además de innumerables ventajas de las que ya hemos empezado a disfrutar. Este aumento de servicios ha conllevado, entre otras cosas, a la saturación del espectro radioeléctrico, es decir, el "canal por donde transcurren las ondas" que, unido a la liberalización de las telecomunicaciones, ha llevado también a una "saturación" y proliferación de las infraestructuras de las telecomunicaciones que se sitúan en los puntos clave para conseguir una transmisión óptima.

En las zonas urbanas estos puntos clave se encuentran en multitud de azoteas de nuestras comunidades, que gracias a las aportaciones económicas de las operadoras dejan su instalación sin pensar por un momento en el riesgo que corremos debido a las radiaciones emitidas por este tipo de antenas.

En el entorno urbano esta problemática se traduce en un impacto visual, una limitación para incorporar nuevos servicios y la posibilidad de producir problemas de salud y molestias a los ciudadanos si no se mantienen las normas de seguridad establecidas (por el momento y por desgracia solo recomendaciones) para las antenas. Esta problemática se agrava por el hecho contrastado de la pérdida de valor inmobiliario de aquellas residencias situadas en las inmediaciones de una estación base móvil.

Esta inquietud se traduce en miedo e incertidumbre ante el desconocimiento de los efectos negativos que pueden tener para la salud las radiaciones electromagnéticas.

La desconfianza de los ciudadanos viene motivada de un lado por la falta de información y el desconocimiento del funcionamiento de esta modalidad de comunicación y, por otro, porque no saben si las radiaciones que emiten este tipo de antenas pueden provocar a largo plazo daños a su salud debido al largo tiempo de exposición a sus radiaciones. Un factor clave en este desasosiego es la falta de homogeneidad de las recomendaciones y legislaciones aplicadas a nivel de estados europeos y en las comunidades autónomas en nuestro país.

Los servicios de telecomunicaciones requieren una infraestructura que afecta directamente al territorio y cuyo proceso de implantación por las diferentes operadoras de forma indiscriminada provoca la necesaria intervención de la Administración local en este proceso, frente al riesgo que supone que ningún estudio científico contrastado avale la total inocuidad de las estaciones emisoras o Estaciones Base de Telefonía Móvil.

En función de las competencias existentes en materia urbanística, medioambiental y sobre todo de la salud pública, la intervención administrativa municipal tiene la obligación legal de ofrecer unas mínimas garantías de salubridad en las instalaciones y su área de influencia.

En España todavía la mayoría de la gente ni siquiera sabe lo que son los campos electromagnéticos. Pero poco a poco, y cada vez más, empiezan a aparecer noticias en prensa y televisión, y la gente empieza a percibir un peligro en la cercanía de estas instalaciones.

La antena instalada en la azotea del edificio cubre una zona determinada, y envía y recibe señales de todos los teléfonos móviles que se desplazan por su zona. Estas señales que recibe y emite se denominan ondas electromagnéticas.

Penetran fácilmente en edificios y personas (algo lógico, porque si no, no sería posible la comunicación a distancia). La potencia de estas ondas electromagnéticas va disminuyendo conforme se van alejando de la antena (alrededor de la cual se producen los niveles más altos de emisión).

Estas ondas son absorbidas fácilmente por el cuerpo humano, en el que producen unos determinados efectos biológicos. Pero el problema se plantea por la falta de acuerdo de los científicos sobre cuales son los niveles perjudiciales.

También hay que tener en cuenta que, incluso respetándose estos límites, pueden producirse problemas para las personas que lleven marcapasos, que pueden verse interferidos por las ondas emitidas por la antena, incluso en niveles muy bajos.

Pero el problema se plantea con las exposiciones a largo plazo. Muchos científicos avisan que se pueden producir otro tipo de efectos no térmicos, derivados de niveles mucho más bajos y de una exposición a largo plazo. Estos efectos, podrían producirse en las personas que pasan largos periodos de tiempo en un radio de hasta 300 o 500 metros de una antena, (teniendo en cuenta que cuanto más cerca se esté, más alta será la potencia que se esté recibiendo).

Por eso, muchos países y ciudades, como Suiza, Italia, Suecia, los países del Este (que llevan décadas investigando este tema), ciudades australianas, la ciudad de Toronto (en Canadá), Salzburgo (Austria), y últimamente algunas ciudades españolas, han establecido normas que obligan a situar las antenas a 100, 200 e incluso 500 metros de lugares habitados.

En todo caso, estas normas establecen niveles de exposición para seres humanos muy inferiores a los que se permiten actualmente en España, y hacen especial hincapié en apartar este tipo de instalaciones de colegios y residencias geriátricas, ya que algunos estudios científicos sugieren que niños y ancianos pueden ser los más afectados por una exposición continuada.

En estos países y ciudades, se está aplicando actualmente una política de precaución, ya que algunas investigaciones científicas han establecido que la población expuesta de forma continuada a niveles de radiación similares a los emitidos por las antenas de telefonía móvil podrían experimentar un incremento de: abortos, daños en el ADN, cambios en la actividad eléctrica del cerebro y en la presión sanguínea, descenso de los niveles de melatonina1, depresiones, insomnio, dolores de cabeza, síndrome de fatiga crónica, afección del sistema inmunológico, cáncer, tumores cerebrales y leucemia infantil.

Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) inició en el año 1996 el "Proyecto CEM", destinado a estudiar los efectos sobre seres humanos de los campos electromagnéticos, y que quiere fijar unos límites de exposición uniformes para todos los países. Este proyecto expondrá sus conclusiones en el año 2005 o 2006, ya que son necesarias todavía numerosas investigaciones científicas

En esta línea, la Unión Europea ha recomendado a los países miembros que adopten políticas de precaución, y que sigan investigando. Actualmente la misma UE ha iniciado un proyecto para aclarar los posibles efectos de los campos electromagnéticos derivados de la telefonía móvil, en el que intervienen investigadores y hospitales de 9 países europeos.

En nuestro país Cataluña fue la primera Comunidad autónoma en regular la instalación de antenas de telefonía móvil, dando respuesta a la creciente preocupación de la opinión pública en torno a los efectos que estas instalaciones provocan a la salud de las personas y al medio ambiente.

Creemos necesario que nuestra ciudad siga el ejemplo de numerosos países y ciudades. Por todo ello proponemos al Ayuntamiento Pleno la adopción de los siguientes acuerdos:
1. Revisar todas las antenas de telefonía móvil instaladas en nuestra ciudad y medir si sus niveles de emisión electromagnéticos fueran peligrosos para la salud de los ciudadanos.
2. Elaborar un mapa sobre la ubicación de las antenas de telefonía móvil en nuestro municipio.
3. Crear un parque de antenas de telefonía móvil fuera del casco urbano.
4. Instar a las empresas operadoras de telefonía móvil a trasladar sus antenas a dicho parque.
5. Adoptar medidas preventivas para la salud y el medio ambiente mediante la prohibición de instalar antenas de telefonía móvil en el casco urbano mientras los estudios de la OMS y la Unión Europea sean concluyentes y definitivos.
6. Que la concejalía de medio ambiente realice una campaña de información y sensibilización sobre los efectos que las emisiones electromagnéticas pudieran ocasionar, de la devaluación de las viviendas donde están instaladas estas antenas y la obligación que la ley atribuye a los responsables de generar daños a terceros a repararlo qué pasa con la responsabilidad civil de los propietarios que votan a favor frente a posibles perjuicios físicos, psíquicos y patrimoniales que se puedan producir a los vecinos de su propio edificio y de los edificios colindantes
7. En ningún caso se podrán instalar antenas de telefonía móvil a menos de 500 metros de viviendas, de un centro educativo, de un centro infantil, hospitalario, centro para mayores y cualquier otro de similares características.
8. Incluir en la ordenanza de medio ambiente la regulación de los requisitos, formas y cuantos aspectos sean necesarios para la ubicación, distancia, niveles de emisión, obligación de las operadoras de revisión periódica, información al ayuntamiento sobre sus planes de instalación, etc. que deberán seguirse para la implantación en dicho parque de antenas de telefonía móvil.
9. Exigir al Gobierno de la nación que legisle sobre este espinoso asunto y que inicie investigaciones que puedan ser concluyentes sobre las consecuencias que para la salud tienen las radiaciones de estas torres.
10. Exigir a la Comunidad de Madrid que adopte, mientras llega la ley, de alguna medida legislativa que sirva de medida preventiva".

Después de amplia deliberación, durante la cual el Sr.Cuenca Cañizares defendió la moción que ha quedado transcrita anteriormente, y el Sr.Abejas Juárez criticó la misma, señalando que le parece una barbaridad aprobar la moción propuesta, ya que lo que se manifiesta en la misma es un miedo a lo desconocido y por lo tanto, transformar en un asunto político lo que no lo es, por lo que consideraba un absurdo y esotérico el acuerdo que se iba a adoptar.

El Sr.Couso Braña indicó que era una moción prudente y dio datos de las resoluciones adoptadas en otros paises, así como de la propuesta existente en el Congreso; y que se ponía la salud pública por encima de otras preocupaciones.

Terminada la deliberación, los Sres. reunidos, en votación ordinaria y por mayoría, con los votos en contra de los Sres. Abejas Juarez, Avilés Ortiz, Pérez Carrillo de la Cueva, Rivas García, Rodrigo Vicente, Valdivia Lorite, Oporto Martín, Pascual Adalid y Fernández Gómez, acordaron:
1. Revisar todas las antenas de telefonía móvil instaladas en nuestra ciudad y medir si sus niveles de emisión electromagnéticos fueran peligrosos para la salud de los ciudadanos.
2. Elaborar un mapa sobre la ubicación de las antenas de telefonía móvil en nuestro municipio.
3.- Crear un parque de antenas de telefonía móvil fuera del casco urbano.
4.- Instar a las empresas operadoras de telefonía móvil a trasladar sus antenas a dicho parque.
5.- Adoptar medidas preventivas para la salud y el medio ambiente mediante la prohibición de instalar antenas de telefonía móvil en el casco urbano mientras los estudios de la OMS y la Unión Europea sean concluyentes y definitivos.
6.- Que la concejalía de medio ambiente realice una campaña de información y sensibilización sobre los efectos que las emisiones electromagnéticas pudieran ocasionar, de la devaluación de las viviendas donde están instaladas estas antenas y la obligación que la ley atribuye a los responsables de generar daños a terceros a repararlo qué pasa con la responsabilidad civil de los propietarios que votan a favor frente a posibles perjuicios físicos, psíquicos y patrimoniales que se puedan producir a los vecinos de su propio edificio y de los edificios colindantes
7.- En ningún caso se podrán instalar antenas de telefonía móvil a menos de 500 metros de viviendas, de un centro educativo, de un centro infantil, hospitalario, centro para mayores y cualquier otro de similares características.
8.- Incluir en la ordenanza de medio ambiente la regulación de los requisitos, formas y cuantos aspectos sean necesarios para la ubicación, distancia, niveles de emisión, obligación de las operadoras de revisión periódica, información al ayuntamiento sobre sus planes de instalación, etc. que deberán seguirse para la implantación en dicho parque de antenas de telefonía móvil.
9.- Exigir al Gobierno de la nación que legisle sobre este espinoso asunto y que inicie investigaciones que puedan ser concluyentes sobre las consecuencias que para la salud tienen las radiaciones de estas torres.
10.- Exigir a la Comunidad de Madrid que adopte, mientras llega la ley, de alguna medida legislativa que sirva de medida preventiva.